David Robert Mitchell es uno de esos nuevos nombres que viven anclados en el cine más ochentero, igual que le pasa a genios como Adam Wingard o Ti West, todos ellos máximos representantes del mejor cine de terror de los últimos años.
It Follows parte de una sencilla historia que cuenta como Jay pierde la virginidad con su novio en un coche. Ella siempre imaginó este encuentro de otra manera, pero accede debido a la constante insistencia de su pareja.
A partir de ese momento, Jay empieza a experimentar visiones de gente que la seguirá a cualquier lado donde intente esconderse.
Con una estética y música de la época dorada del slasher, Robert Mitchell construye una historia ubicada en un espacio atemporal con recursos y propuestas tan reconocibles para los amantes del género, que uno no puede evitar pensar en el mejor cine de Carpenter.
Si The Guest nos recordaba sus films más gamberros, It Follows recuerda a Halloween por la estridencia de su banda sonora y la juventud de sus protagonistas, algo que se repetiría a lo largo de toda la década de los ochenta en numerosos e interminables films de género.
Mitchell trata con sumo cuidado la importancia de la virginidad para una joven de 18 años, algo quizá bastante inusual cuando se trata de cine de género, dotando así a sus personajes de una belleza y delicadeza exquisitas.
Mención aparte para Maika Monroe, que parece acomodada en este reciente cine de género renovado y melancólico. No hay que perderla de vista.
It Follows es ya un clásico de culto instantáneo que no solo transporta al espectador al cine de una época infinitamente mejor para la industria, sino que aterroriza, y mucho, al respetable con secuencias que hielan literalmente la sangre.
¿No me creen? Vayan al cine, vayan…