Recomendación CEC LIBROS
Cuando supe que Jess Fabric del grupo “Viva Suecia” había sacado un libro titulado “Todo un año para cambiar de vida”, debo reconocer que mi atención se activó en 3, 2…
Como lector, reconozco que a veces me pasa como con la comida. Me explico: voy a un restaurante y, a veces, mi decisión sobre qué pedir de la carta se basa en que el nombre del plato sea atractivo. Ya saben, lo típico de “tomaré el whutamushikori con cenotiloreos”, y de paso vacilas al resto de la mesa, porque quedas como un tipo que, culinariamente, tiene una gran valentía e inquietud gastronómica.
Pensé que un libro que se titula “Todo un año para cambiar de vida”, escrito por el miembro de uno de los grupos musicales más conocidos de este país, no podía ser malo. Seguro que es una especie de diario de a bordo, con frases tipo “mientras me bebía la botella de ginebra, mis demonios personales me hicieron pensar en aquella chica que decía que no llegaría a nada…”. Y como además no tengo Instagram, donde hubiera podido intuir por donde iban los tiros del libro, pues esa idea no podía ser desmontada inicialmente de mi mente.
Así que abro el libro y lo primero que veo es que Jess Fabric da las gracias tanto a los que le echaron un cable como a los que pusieron piedras en su camino. Genial: esto no parece que vaya a ser un “ego trip”. En pequeñas cápsulas, y sin seguir una línea temporal, nos encontramos que entre sus líneas hay amistad, sinceridad, amor a la familia... Y cero miedos, a reconocer que el gimnasio no es lo suyo… También hay bofetadas escritas, nostalgia (que no significa que lo actual no pueda ser lo mejor que te ha pasado en la vida), Chiquetete… Joder, hay que leerlo SÍ o SÍ. Porque, como lector, si alguien es capaz de usar la ropa interior para hablarte de la madurez y arrancarte una sonrisa mientras asientes, entonces el escritor ha dado en la diana.
Si el lector consigue encariñarse con el escritor, a pesar de que a veces piense “a este tío se le va la olla”, es porque al que se le va la olla tiene un don para escribir. Y si el lector es capaz de apreciar -como dice Virginia Díaz- la sinceridad, transparencia y capacidad para ir al grano de Jess Fabric, disfrutará de este viaje.
Porque todos los libros son un viaje, que empiezan en la curiosidad de ver a qué te enfrentas, y en todos acabamos bajando en la última estación. A veces con ganas de que te vuelvan a llevar de viaje, y otras con ganas de irte al hotel y descansar un rato largo.
Personalmente, uno espera saber más “cosas que me pasan por la cabeza en este momento” de Jess Fabric. Por cierto, este libro me lo leí del tirón en un viaje en AVE. Y pensé: "lástima no tener una segunda parte para la vuelta..."
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