TRADUCCIÓN: Benito Gómez Ibáñez
Paul Auster vuelve a recrear una atmósfera hipnótica con una historia que vuelve a tener un trasfondo apocalíptico y un tema que a mí me interesa mucho: el insomnio.
August Brill es un hombre de 72 años, jubilado, viudo y anciano. Ha estado en un hospital como consecuencia de un accidente automovilístico que le ha dejado una pierna maltrecha. A la salida del hospital, llevará un vida sedentaria en casa de su hija, donde habitan dos mujeres que están también "Solas", o sin una figura masculina importante a nivel emocional, cerca. Brill, en sus horas de insomnio, empieza a inventarse vidas de otros, situaciones, reacciones, y de todo ello, en principio, irá aprendiendo.
En las noches de insomnio, aquellos que no nos podemos dormir, nos atormentamos con pensamientos infelices. Revives tus propios remordimientos, los errores cometidos en tu vida. Nada tiene sentido, y es en esos momentos cuando vemos asomarse la realidad de nuestra propia existencia. Durante el día, hagamos la actividad que hagamos, llevemos la vida que llevemos, vivimos engañados por nosotros mismos, que nos hemos montado una historia cualquiera para nuestro propio personaje, y vamos tirando. Pero hay ciertos momentos en la vida donde nos damos cuenta del sinsentido de esta vida, y las horas de insomnio son uno de ellos.
Brill, el protagonista, no es la excepción que confirme la regla. Anclado en pensamientos oscuros, inventa esta historia oscura, y en parte, de ahí viene el título. La otra parte la deberá interpretar el lector, que es lo bueno de leer.
Lejos del pesimismo, recomiendo esta obra porque a las historias oscuras se entra por alguna razón. Quien lo niegue, no es consciente de sí mismo. Esta historia del normalmente gran Auster es casi la representación de su estado interior, y del nuestro, en esos momentos en que nos despojamos de todos nuestros disfraces y caricaturas para ser quienes somos, quienes vinimos a este mundo sin saber aún por qué.
Las novelas suelen robar temas a la vida y los ponen en las historias en el mismo modo en que Brill roba al pasado un antiguo amor y lo pone en la historia que está construyendo para nosotros.
El problema que tendrá Brill es que va a ir implicándose a sí mismo en la historia, y hacerlo, le sitúa en un dilema. Lo mismo que puede pasarle al lector.
La violencia que Brill ejerce es el eco de la brutalidad que encontraremos después en el libro y que se refiere a aquello que sucede en el mundo real.
Todos estamos solos por la noche, especialmente si dormimos solos, aunque también podemos estarlo si dormimos mal acompañados.
En resumen, podríamos sentenciar que la oscuridad, entendiéndola desde diversos puntos de vista, es un momento difícil. Pero la mañana llegará, y lo hará también en el libro, y será ese momento en el que todo el mundo se despierta y desayuna. Auster cree que este es el mejor momento, y lo mejor que se puede hacer: con la luz de un nuevo día, los alimentos por comer, el día por vivir, la forma en la que sabemos reiniciarnos y reinventarnos, también reilusionarnos, nada es tan desesperado para el ser humano como pensábamos que sería en esos momentos de oscuridad.
Un hombre en la oscuridad, Paul Auster. Ed. Anagrama, 2008.