Obra de arte mayúscula de Wim Wenders que filosofa, en imágenes, sobre las cosas más importantes y a la vez más contradictorias que tenemos: la vida, el mundo, nosotros mismos y nuestra naturaleza humana.
Vivir es eterna búsqueda, siempre lo defenderemos como único sentido posible de la vida, y este film de Wenders hace bandera de ello. Pero que nadie espere llegar a saber cómo hay que afrontar la vida ni la muerte a través de ella. Nadie lo ha conseguido, y aún ni tan siquiera sabemos de dónde venimos ni porqué estamos en este mundo. Todo es contradictorio, y más lo es aún a medida que vamos creciendo.
La película empieza a buscar, mejor dicho a escarbar, por donde tiene que hacerlo: en la infancia. Es entonces cuando tenemos curiosidad por todo, y empezamos a preguntar qué es esto y qué es aquello. Los mayores que nos acompañan, normalmente nuestros padres, nos responden, pero nos responden algo que alguien inventó alguna vez para ordenar un poco el mundo, lo cual es tan necesario como perjudicial para poder experimentar la vida por uno mismo, y para nuestra condición humana en sí. A medida que nos van respondiendo, esa curiosidad inicial, que es infinita, empieza a descender obligatoriamente, pues quedan menos respuestas por contestar.
También irá acotándose, lentamente pero sin pausa, nuestro margen de maniobra...
Porque a medida que creces, cada vez menos puedes preguntar y menos puedes sentir, o eso dice el manual de la vida que ya nos han organizado. Como niño, tal cual te sientes lo expresas, pues todo le está permitido a un niño. Llorar, aunque sea mil veces, mostrarse débil, tener miedo, que le guste esto o aquello, nadie te dirá nada, eres un niño y es "normal". Un niño es el único ser al que le es permitido
ser uno mismo. Pero pronto harás algo, lo que sea, quizás coger un objeto del suelo, y te llevarás la primera reprimenda. Esto no se hace, y entenderás que hay cosas que salen de tu propia naturaleza pero que en este sitio, llamado mundo, no se hacen. Algún día comprenderás que eso sucede porque hay unos patrones establecidos, con lo cual pierdes diversas facetas de tu propia naturaleza como pueden ser la curiosidad misma, la identidad, la frescura, la imaginación, la inocencia y tu propio yo.
Un ser humano viene al mundo sin raíces, pero inmediatamente, al segundo de nacer, tienes una madre, un padre, un nombre y un sitio donde has nacido, como mínimo. Ningún problema en ese momento, pero si eres alemán, entonces vives en Alemania, y hablarás alemán como lengua materna, tendrás una historia negra de tu país que llevar a cuestas, unos estereotpios concretos y para rematar la jugada, vivirás con unos padres que te condicionarán, no tan solo desde sus genes, sino con su cultura, tradición, etc... te darán una educación concreta, que contiene miles de condicionantes que quizás no vayan con tu naturaleza interior, pero ahí están, entrándote en vena, y además tendrás que memorizarlas y grabarlas en tu mente, o quizás en tu inconsciente, dependiendo de cual sea los concepto que te vayan agregando, o las experiencias que vivas.
Como todo, esto es tan perjudicial como necesario para el ser humano. Por un lado estarán entrándote unas barreras o fronteras como pueden ser tu lengua o cultura, que por otro lado necesitas tenerlas, para poder hablar y situarte un poco. Así de triste, feliz vida loca. Y no es la única contradicción, sino la primera de un millón más: sentirás miedo pero no lo podrás expresar, te sentirás solo por primera vez pero no sabrás que hacer, te sentirás raro cuando te salgas un poquito de la raya de lo "normal", pero a la vez irás conociendo mejor cuales son tus gustos, con lo cual se activarán tus tentaciones, frustraciones, nuevos sueños y nuevas pérdidas, entre miles de factores más.
Ahí no queda todo: además tendrás que lidiar con las creencias que hay esparcidas, y ya te posicionarás a favor o en contra, cuando seguramente por tu propia naturaleza no tendrías que hacerlo, pero resulta que todo el mundo necesita explicarse qué hace aquí y de dónde viene, desde los tiempos más remotos, y es por ello que se han creado mitos, Dioses, leyendas, creencias y otras opciones que a la vez han hecho surgir miles de conceptos y situaciones más con las que también tendrás que lidiar. Y sí, tendrás un montón de opciones por escoger, aunque en realidad ellas mismas te van a limitar.
Por no hablar de esas cosas que todos sentimos por dentro, de origen desconocido, esos sentimientos o sensaciones que varían de un ser a otro cuando se nos pide constantemente que seamos iguales, y que pueden venir del subconsciente, de tu cerebro (que aún no ha sido del todo estudiado ni descubierto), de los conceptos, de la Historia de la Humanidad, de la Historia de tu propio país, de las historias que vayas leyendo, escuchando, viendo o aprendiendo, y es por ello que la inestabilidad será máxima y, agregado todo ello a tu condición humana, que tiende por ejemplo a sentir celos, envidias, y etcéteras, el resultado puede llegar a ser desesperante.
Y aunque todo esto sea irrelevante de momento, pronto se irá revelando como fundamental para perder tu espiritualidad propia, porque todos la tenemos. Y de la espiritualidad confrontada con el hecho de ser mortales comunes habla esta genialidad de película, que será inaccesible para muchos. Y lo será también por esas mismas contradicciones, y me da la sensación que el director lo sabe, y lo disfruta. Muchas veces no queremos pensar, no queremos sentir, y esta es una película que obliga a pensar. El ser humano ha creado, para ir pasando los días, unas fórmulas de evasión que le alejan de su propia naturaleza, y si a ello le agregamos que en esa debilidad humana, los grandes poderes han visto que podían hacer negocio u obtener poder sobre el prójimo, ya no hace falta recordaros que cada vez se nos aleja más de nosotros mismos y de nuestro interior, y se nos excita la evasión para que a otros les dé dividendos.
Y dentro de esas fórmulas, el ser humano ha creado defensas, y es por eso que se tacha a tal director de pedante, o tal película de muy lenta, o se le pone la etiqueta de culturetada. Incluso este escrito os puede parecer pedante cuando lo único que pretende es dar a conocer una película que el autor del mismo considera fundamental para que reflexioneis, pero así son los mecanismos creados, y nada se le puede hacer. Es posible que incluso muchos no entiendan el por qué de este blog, y estamos seguros que a pocos les motivaría publicar con nosotros, puesto que este blog se hace por placer, por pura búsqueda, y sin ánimo de lucro. Es por eso que contamos con pocas personas, pero si algún día tuviera éxito, todo el mundo se apuntaría. ¿Lo harían por búsqueda? No. Lo harían porque el mundo capitalista y la sociedad de la apariencia les ha dicho que es éste el sentido, y no la propia búsqueda que debería ser el motor de cualquier acción humana.
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Y no digo que esté mal lo anterior. De hecho, están en lo cierto los que piensen que filosofar y seguir con la búsqueda no les dará el pan que necesitan para comer o el estatus social que puedan necesitar para poder ser aceptados e incluso admirados, si es eso lo que desean. No cabe más remedio que aceptarlo, pues igualmente a los que nos llena la búsqueda hemos fabricado la etiqueta de comercial, película sin sustancia, cutrez, etc... porque parece que tenemos que etiquetar todo y ponerle nombre a todo, otra de las constantes por las que se mueve la película. Las etiquetas nos limitan pero son necesarias, y así de contradictorio es todo, pero apoyamos que se siga escarbando siempre porque creemos, y Wenders también lo cree, que sentir, experimentar, buscar, dudar, y a partir de ahí, imaginar, preguntar, curiosear...no nos dará la solución a todo, pero es la única manera de darle un sentido a la vida y saber el máximo posible sobre tí mismo, sobre todo aquello que precisamente nos condiciona, y a poder ser, de vez en cuando, libre y feliz al volver a la infancia perdida y hacer todo aquello que el alma nos pida, siendo uno mismo por encima de todos los inventos condicionadores que nos rodean, agobian y atormentan.
Quizás muchos querrán saber, a estas alturas del artículo, de qué va la peli, cual es el argumento y qué es lo que pasa en ella. Y sabemos que esta es una de las peores etiquetas que se le ha podido colgar a cualquier forma de arte, pero que a la vez es necesaria de nuevo. Pero en este caso, a Wenders no le importa mucho, y a nosotros tampoco. Sólo recomendarla hasta la saciedad, y advertir que es un film que sólo puede calar si realmente tienes el día y tienes la suerte de entrar en la reflexión, lo cual no es fácil y ni tan siquiera depende de lo inteligente que puedas ser. Es cuestión de suerte, ganas,actitud de búsqueda extrema, y sobretodo, flexibilidad: no quieran entenderla completamente porque tampoco entendemos muchas de las cosas que sentimos y de lo que se trata es de seguir aprendiendo dentro de nuestras limitadas posibilidades.
Queremos destacar, antes de llegar a la conclusión del artículo, las intervenciones del gran
Nick Cave, que consigue certificar musicalmente los desgarros del alma humana y que aparece incluso en actuaciones completas en diversos momentos de la película que nos ocupa, y que no dudamos en recomendar, aunque sea de complicado acceso. Os dejo con la canción interpretada en el filme, y con los primeros minutos de la película pues, me gustaría que alguien, aunque sólo sea una persona, sintiera lo mismo que yo al verla. Si así, no dudes en comentarlo...