Goodbye Yellow Brick Road (song) (Photo credit: Wikipedia)
Hablar bien en la actualidad de Elton John es poco menos que un suicidio en cuanto a reputación personal se refiere.
Cierto es que se ha convertido en un personaje cansino, más mediático que artista y que hace más de 30 años que no graba un disco como Dios manda, pero lo cortés no quita lo valiente y hay que reconocer que en los '70 creó unos cuantos discos absolutamente geniales.
Y entre ellos destaco éste. En 1973 Elton John se encontraba en su mejor momento artística y comercialmente hablando, así que "Goodbye Yellow Brick Road" vino a ser la cumbre de su edad de oro, no sólo porque sea su gran obra maestra, sino porque es un disco que en sus 76 minutos de duración nos muestra las diversas facetas de Elton, en cuanto a creatividad es sin duda uno de sus discos más logrados y donde es capaz de hacer coincidir géneros más diversos (rhythm ‘n’ blues, rock sinfónico, hard rock, sus imprescindibles baladas a piano...).
Lo mejor de todo es que éste no fue un disco doble premeditado, sino que simplemente Elton comenzó a componer canciones hasta que se dio cuenta de que daba para un disco doble lo cual nos confirma hasta qué punto estaba en estado de gracia por entonces. "Goodbye Yellow Brick Road", uno de los más grandes discos de la historia, es una de esas obras maestras a las que pese a lo largas que son, no le quitarías nada.
Porque lo que representa globalmente está por encima de eso: un grandísimo artista dando rienda suelta a todo su potencial. Nosotros, como humildes oyentes, no podemos hacer más que escucharle y disfrutar de su música. Eso resumiría en pocas palabras el doble álbum "Goodbye Yellow Brick Road", álbum impresionante en todos los sentidos donde podremos encontrar sencillos de una calidad e imaginación exquisitas. Sí, una obra maestra de la música. Llámadle pop o rock,pero lo que suena aquí dentro es una delicia para los oidos. Un álbum imperecedero y ecléctico como pocos. Muchos son los que lo relacionan con "Candle In The Wind".
No voy a negar que también he acabado harto del tema pero antes de la muerte de Lady Di y su extenuante explotación comercial era una balada sensacional, que en la versión original presentada en este disco era una delicada y extremadamente hermosa dedicatoria a Norma Jeane aka Marilyn Monroe. Pero no era la única destacable.
La inicial "Funeral For A Friend/Loves Lies Bleeding" roza el progresivo de una manera asombrosa, de hecho Dream Theater dieron buena cuenta de ella en su momento. "Saturday Night's Alright For Fighting" es prácticamente un himno hard rockero.
Como olvidar la canción que da título al disco inspirada en la historia del Mago De Oz; "Goodbye Yellow Brick Road" no sólo es una balada a la altura de "Candle In The Wind" sino que me atrevería a decir que supera a ésta bajo mi punto vista.
Bernie Taupin trabajó para Alice Cooper en las letras de su disco "From The Inside".
Publicity photo of Elton John and Bernie Taupin. (Photo credit: Wikipedia)
¿Y que decir de canciones tan redondas como "Bernie And The Jets" o "Grey Seal"?. La primera es una de esas perlas glam-pop que por esos días le quedaban tan pero tan bien hechas a Elton John. Me atrevería a decir que es una de esas piezas que Bowie o Bolan hubieran querido tener en sus discos; pero no acaba aquí la cosa, pues nos quedan todavía otras joyas como "The Ballad of Danny Bailey (1909 - 1934)", las reflexivas "Sweet Painted Lady" y "The Song Has No Title" e incluso la cachonda "Jamaica Jerk-Off" (una composición en clave reggae más que destacable).
Sin olvidar piezas absolutamente conmovedoras como "I've Seen That Movie Too" o la final "Harmony", auténticas obras de exquisita orfebrería musical. Y me dejo para el final "Roy Rodgers". No es la canción más conocida del amigo Reginald pero tiene algo que no se explicar pero que hace que jamás me canse de ella. No recuerdo muy bien la situación, ni el momento exacto, pero sé que la primer vez que escuché este disco fue desde la primera canción hasta la última, sin parar, sin más pausas que los espacios entre los tracks y el tiempo que toma voltear un disco de vinilo para hacerlo sonar por su lado B.
Esas cosas que de alguna u otra forma las nuevas tecnologías nos están privando, pero que no por ello tengamos que dejar de hacerlo. No me he podido separar de este disco desde aquella vez. Un álbum que se pasea por una gran cantidad de ambientes musicales de una manera muy fácil y natural y que resulta ser una combinación maravillosa entre las letras de Bernie Taupin y el piano delicado, saltarín y a la vez muy profundo de Elton John, en el que encontramos muchas canciones para recomendar.
Sobra decir que es un disco muy recomendado, si no lo habeis escuchado es una buena oportunidad para hacerlo y si ya lo conoceis es una buena oportunidad para recordarlo. Y es que después del monstruoso éxito del álbum "Goodbye Yellow Brick Road", nada volvió a ser igual. En un proceso repetido mil veces, en el momento que traspasó la barrera del público, inmediatamente fue anatemizado por los sesudos críticos, y pasó a ser el epítome del mal gusto, de la banalidad y de la estrellona decadente.
