Imprimir esta página
Miércoles, 13 Noviembre 2019 08:30

CEC entrevista a DELAFÉ en exclusiva, con motivo de la presentación de su nuevo trabajo 'Hay un lugar'

Escrito por  Publicado en Entrevistas CEC Música

Una entrevista de Enrique Menéndez para Culturaencadena.com

Aprovechando que Delafé presentaba “Hay un lugar” en la Sala Zero de Tarragona, me presenté allí el mismo viernes para hablar con Oscar. Seré sincero, he tenido que editar muchas cosas, y he tenido que dejar en el tintero (en mi memoria y en un archivo de audio) muchas otras. Porque no hay nada peor que entrevistar a alguien del que siempre has sido fan: no te callarías nunca. Pero hecho el esfuerzo con placer, aquí está la entrevista. Si la disfrutáis un 1% de lo que yo disfruté haciendola, me puedo sentir más que satisfecho.

CEC: Para mi, versión 2, capítulo 2 y año 2 desde que acabó una etapa y empieza otra dentro de lo que es Delafé. El título,  “Hay un lugar”, ¿es una manera de decir que musicalmente has encontrado tu sitio en esta nueva etapa?

OSCAR:  A nivel musical no sé de qué habla. Es algo como más conceptual.  La primera frase del disco es “Hay un lugar”. Y me gusta porque es una frase que no está como acabada, con un punto como de promesa. Me recuerda a lo de “Erase una vez”,  pero dicho de otra manera. Me parece una buena manera de llamar a un disco, para un artista que a nivel vital y nivel conceptual está en nuevo lugar. Ya en la portada ves un tío que ha salido de un incendio, viene de allí y ahora está en un nuevo lugar. Ha pasado una época de niebla, humo, fuego y ahora está en un lugar donde por  lo que parece no hay ni humo ni fuego. Parece que eso se queda atrás, no vemos lo que hay delante de él, porque en la foto solo sale él. Pero sí parece que es mejor que donde ha estado. 


 

CEC: Mirando el listado de canciones, este disco está lleno de colaboraciones. Para mí es el disco con más colaboraciones de toda tu carrera. ¿Esto tiene algo que ver en un tema de confianza musical?

OSCAR: Bueno, este es el primer disco de los dos que hemos hecho  como Delafé donde desde el minuto cero era consciente que iba a ser un disco de Delafé.  En el anterior disco, cuando empecé a hacerlo y hasta una semana antes de entrar en el estudio, pensaba que iba a ser un disco de  Delafé y las Flores Azules. Helena dejó el proyecto justo antes de irnos a grabar. No estaba concebido como un disco de Delafé, estaba concebido como un disco de Delafé y las Flores Azules. Digamos que lo acabamos para salir del paso. Quitar a Helena, dejarla en un par de canciones. Buscamos una canción con “La Bien Querida” otra con las chicas, en otras quitamos la parte de Helena  directamente. En cambio este disco, si que ha sido plenamente disco Delafé. ¿Qué hago, busco una cantante nueva? No me veía en plan Delafé y los cocoteros, no quería meter alguien nuevo. Lo más inteligente sería hacer colaboraciones, pero en plan “tengo esta canción ¿Qué voz le puede quedar bien?” Eso le ha dado una riqueza, que si tienes solamente una cantante no la tienes. 

CEC: Cuando  escucho “Mixtape”,  eso de “la nostalgia, otra vez la nostalgia” pienso que luego escuchando el disco veo nostalgia a tiempos pasados. Haces tus canciones, pero sigues metiendo voces femeninas en algunos temas. Como repitiendo la fórmula que podías encontrar en los inicios. ¿Hay en eso algo de regalo/agradecimiento/homenaje, como lo quieras llamar a los fans que están desde el principio? Desde los tiempos de  “El monstruo de las Ramblas” y “La luz de la mañana”? ¿No has querido romper del todo con lo que habías hecho? 

OSCAR: Creo que este es un disco que vuelve más a “La luz de la mañana”. Temas como “La gran Ola”, eso es el Delafé del principio, el de “Enero en la Playa”. De “que sí, que sí , que bien, escuchar mi nombre”. Me aburría un poco de ese tono y quise ser más rapero en otros discos. Y en este he querido ser menos rapero y he vuelto más al pop. Me queda muy bien una voz femenina, me encantan las voces femeninas, las canciones con chico chica de  toda la vida. Por momentos se ha vuelto a “La luz de la mañana”. Este disco hubiese sido una continuación muy buena de “La Luz de la mañana”.

CEC: El año pasado me comentaste que notabas que habías perdido un 35% de seguidores, supongo que te referías en los conciertos. Pero yo veo que hay como un resurgir. 

OSCAR: La anterior gira la solventamos como pudimos, inventándonos una especie de sesión para ser dos en el escenario. No teníamos cantante, entonces no podíamos tocar muchas canciones. La sacamos adelante, como pudimos, de una manera decente desde mi punto de vista. Y nos montamos una historia, de soundsystem, haciendo las músicas que nos gustaban, para que tuviese más ritmo y dinámico. Creo que ahora volvemos a hacer conciertos de verdad.  Donde todo el rato 100% es nuestra música. ¿Qué se ha lanzado mucho mejor este disco? Sin duda. ¿Qué todo ha estado mucho más pensado? Sin duda. El anterior disco se lanzó mal, a destiempo, había que hacer una estrategia y no se hizo. En este disco hemos ido sacando los tiempos poco a poco para que se hiciese bombo. Está mucho mejor trabajado, lo que pasa que en la música cuando pierdes, luego recuperar es complicado. 

CEC: Has comentado lo de ir sacando canciones. La última vez que hablamos del tema comentabas que la gente no tiene paciencia para escuchar un disco entero. ¿Se ha perdido un poco ese romanticismo musical de comprar el cd, quitar el plástico, conocer sólo una canción y tomarte la molestia de descubrir el resto? 

OSCAR: Siempre habrá gente que lo haga, pero en general se ha perdido. La gente joven escucha playlist, no escucha un disco de un artista.  Lo mejor que puedes hacer hoy en día es entrar en playlists de Spotify. En el Top España, en el Top Indie. La única manera para que tu música llegue a nuevos públicos, es sacar singles y trabajarlos un poco. Mira lo que está haciendo Rosalía, sólo saca singles. Hemos vuelto a la cultura del single total, hemos sacado seis singles antes de sacar el disco. 

CEC: Pero esto para el fan, ¿no es un poco problema?  Antes comprabas un disco conocías una canción y descubrías todas las otras. Ahora tienes un disco de 10 canciones, conoces la mayoría y parece que las otras estén más como de relleno. 

OSCAR: Lo único que te puedo decir, es que el disco salió hace un mes y tiene como un millón de escuchas. Yo quería asegurarme de que la gente iba a escuchar las canciones. Si miras las estadísticas de “La fuerza irresistible, el tema “Fantasmas”  que es el penúltimo, no lo ha escuchado nadie. Yo quiero poner una canción de las últimas porque me mola como queda al final, pero si no la pongo de las primeras no la va a escuchar nadie. He preferido asegurarme, gastándome un dinero en promocionar canción por canción para que la gente las escuche.

CEC: Antes hemos hablado de colaboraciones, ¿alguna que se haya quedado en el estudio o alguna que te hubiera gustado hacer pero por temas de agenda no fue posible?

OSCAR: Hubo una, pero no te puedo decir con quien, que se quedó a medias. Y yo  ya no podía retrasarlo más. Se grabó, pero le faltaban un par de vueltas más. Esto de las colaboraciones es complicado, porque la gente no vive en Barcelona en general. ¿Agendas? La mayoría es Madrid, mucha gente ha emigrado a Madrid porque hay más movida que en Cataluña. En Madrid estás cerca de todo y lejos de nada. Allí están todas las discográficas, todos los eventos. Barcelona ahora mismo es pobre musicalmente, comparada con hace 10-15 años. Barcelona ha dejado de ser moderna en muchos aspectos.

CEC: Pero seguís estando un poco los mismos de hace 10 años. Estás tú, está Sidonie, Love of Lesbian...

OSCAR: Pero yo hablo de gente nueva, no de gente que tenga 40 años. Yo hablo de gente que tenga 20, 25, unos Carolina Durante. Gente que haga música chula, que no haga música como de fiesta mayor. A cada uno que le guste lo que quiera, pero para mí, ahora mismo en Cataluña no hay una movida musical muy chula, comparada con hace unos años. Que estábamos muy top, cuando todos teníamos 30 años. O sea, los mismos de ahora, pero más jóvenes.

CEC:  En tus canciones, se ve mucha amor a Barcelona. En “Patria Mía” hablas de los semáforos de la calle Aragón, en  “Días y Días” del Raval. ¿Ya te has recuperado de verla sufrir?

OSCAR: No, yo vivo en la calle Aragón. No tengo containers, el suelo está lleno de baches y es un momento triste para Barcelona. Cuesta mucho poner una ciudad en un lugar bonito y ahora mismo está desprestigiada.  Yo estaba en Madrid y viendo todo lo que salía en la tv, me daba pena, me daba miedo. Que luego cuando estás ahí tampoco es como parece. Desde la tv exagerándolo todo tanto, es como “joder, está habiendo una guerra mundial”... Me gustaría que estuviésemos bien todos,  no tan divididos y todos remando en la misma dirección. Pero todo eso es muy complicado.

CEC: La anterior vez que hablamos me comentabas que no esperabas tener fans nuevos de 20-2 5 y que las chicas de 20 ya no se fijaban en ti. ¿Te siguen llamando de usted? ¿Cómo lo llevas?  Porque yo tengo 44 y tú creo que 42. ¿Cómo se lleva esta etapa en la que sigues siendo joven pero sólo a ratos?

OSCAR: Creo que bien,  ya ha pasado la época de crisis. Estoy en una etapa muy bonita de mi vida, si todo va bien voy a ser padre. Dejé de beber, dejé de fumar, hace dos años dejé de comer carne y me saqué el carnet de conducir. He hecho una especie de punto y aparte en mi vida en muchas cosas y la verdad es que da gusto.  Sigo pensando que no voy a hacer muchas fans jóvenes, alguna puedo hacer pero lo normal es que una chica de 20 años se fije en uno de 25-28 como mucho. Si salen fans pues son por temas tan bonitos como “La gran Ola”, que puede gustar a cualquier persona de cualquier edad. No haremos fans por el físico, sino por las canciones. 

CEC: ¿Pero esto como músico fastidia? Entiendo que hay un carpeteo, una publicidad,  marketing, pero ¿no fastidia que un % de lo que haga que triunfes pueda llegar a ser simplemente la imagen?

OSCAR: El pop es imagen. En el pop, la mayoría de gente que sale en las fotos muchos ya son mayores y han elegido una foto de cuando eran jóvenes. Nadie pone una foto de Michael Jackson cuando está decadente con 50 años ni de Lou Reed cuando está viejo. El pop, el rock, la rebeldía, todo es la juventud. Entonces tiene un punto decadente ver un músico mayor que viste exactamente como un chaval de 20 años.

CEC: Eso te preocupa. Siempre has hecho unos conciertos muy físicos. ¿Qué no sepas parar?

OSCAR:  Me preocupa, pero ahora por ejemplo, me muevo mucho menos en los conciertos. He optado por disfrutar más, sonreír más, comunicar más, interpretar mejor. No parecer una  especie de peonza que no para quieta. He pasado por esas etapas, me lo he pasado bien, pero ahora incluso veo videos y pienso “ostia es demasiado estridente”. Me acuerdo conciertos que yo pensaba “me he salido” y me decían “es como que no hay filtro, como espectador estás sufriendo por el tío que está ahí arriba”. Es mejor dar un minuto de cada diez algo, que estar todo el rato como un pollo sin cabeza.  Hubo una época sobre todo cuando murió mi padre, que salía y el escenario era un lugar donde me iba a desahogar y quitarme las penas. Casi que me mutilaba arriba, acababa con todas las rodillas moradas, camisetas empapadas….

CEC: ¿Hablas de la época del concierto de la Sala Apolo, cuando presentásteis el trabajo donde salía “Espíritu Santo”? Aquello era brutal, las camisetas chorreando sudor, botes arriba, botes abajo.

OSCAR: No, aquella época era guay. Yo te comento sobre todo de cuando “De ti sin mí.  Allí el disco era todo muy oscuro, ahora veo las fotos y pienso “ostia lo estaba pensando mal”. “Las trompetas de la muerte” fue  la mejor gira que vaya a hacer nunca, esa que tu vistes. Era decir “joder tenemos pasta, podemos montar una banda”. 

CEC: Ahora no es podéis pegar las ostias que os habéis pegado.

OSCAR: Nos pegábamos ostias en la buena época, imagínate tú. Es que es inviable, si es que este grupo creció mucho a nivel de boca-oreja. Pero de público, nunca estuvo cerca de Dorian o Love of Lesbian por ejemplo. En la buena época nos íbamos a Zamora y venían 100 personas. Iba con un Ferrari y de golpe era “esto es para llevar un 600”.  Ganábamos en otras cosas pero perdíamos mucho dinero a veces. Pero yo pensaba “aprovecha ahora, porque el día de mañana cuando estoy no pueda ser, pensaré que al menos tuve una época guay”.  

CEC: Fue brutal, había mucha energía...

OSCAR: Ahí estaba dándome cuenta de que “Delafé” podía ser un grupo cañero. Porque hasta entonces eran todos medios tiempos. Cuando hicimos el disco con “Las Trompetas de la Muerte” yo ya pensaba en el directo.  En plan “Rio por no llorar”, “La Primavera”, “1984”canciones mucho más cañeras. “La luz de la mañana” tenía “El Indio”, pero también “Combates cotidianos”, “Sólo palabras”. Era todo como muy lánguido, más contenido. Aunque “La luz de la mañana” funcionó muy bien porque era un disco muy regular. Luego hicimos discos más irregulares.  Ahora en “Hay un lugar” he hecho temas que me guste más escuchar, no pensados tanto para el directo. Y aunque a mí lo que me gusta es bailar, rapear y saltar, este disco es mucho más pautado y escuchable. 

CEC: “De ti sin mi” era como un experimento con una cara alegre y una cara oscura. Visto desde la perspectiva que da el tiempo ¿Crees que fue una apuesta fallida?

OSCAR: No lo puedo ver como una apuesta fallida porque está ahí, es lo que era yo en ese momento. Yo soy auténtico, no inteligente pero auténtico por momentos. El manager y Warner me decían que no iba a funcionar ese disco. Pero yo quería hacer un disco doble con una película. Quería explicar que de cualquier cosa que te pase en la vida, siempre pueden haber como mínimo 2 visiones. Y para enseñar eso, tenía que hacer la idea de que depende como musiques una palabra puede ser triste o feliz.  Y luego la película de “Ciao Pirla” que fué maravillosa para mí. Un recuerdo que tendré toda la vida.

CEC: Para ti fue como una terapia.

OSCAR: Realmente lo chungo me llegó después. Si te explico la verdad, cuando acabé “Ciao Pirla” es cuando me hundí. “Ciao Pirla” me mantuvo a flote, mantuvo mi padre en vida, en un proyecto muy fuerte. Cuando acabó fue como “bueno, ahora se ha muerto mi padre”, cuando entré en mi oscuridad. Ese disco, a nivel comercial fallido, a nivel de canciones ya no toco ninguna ahora mismo, Es un disco que realmente fue un antes y después para la banda, porque cortó totalmente la progresión de la misma. Me apetecía en ese momento y lo hice tío.