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Quiero defender a aquellas personas, completamente equilibradas, incluso cultas, con decencia y de un alto nivel emocional e intelectual, que rechazan un puesto de trabajo en estos tiempos de crisis, por no sentirse bien pagados.
No, por mucho paro que haya, no debemos tragar. En las últimas décadas, casi sin darnos cuenta, hemos hecho algunas conquistas, y que la situación del paro incremente, no nos debe hacerlas olvidar...
Los buenos trabajadores siempre tendrán la sensación de que les pagan poco. No hablo de los seres ambiciosos y sin escrúpulos, para los que ninguna cifra nunca es suficiente. Tampoco hablo de dinero. Hablo del trabajador honrado y persona equilibrada, con un nivel de cultura y dignidad alto, con una vida propia o, lo que es lo mismo, un tiempo libre rico y ocupado.
El salario mental es un concepto que ya hace años se está trabajando, y por la importancia que hoy tienen nuestras horas de ocio, nuestra calidad de vida (toda una conquista en una sociedad tan despiadada y esclavista como esta), ya no nos sentimos bien pagados sólo con el importe que recibimos, sino tampoco con toda esta parte que se llama salario mental, esas cosas intangibles cuyo resultado final es la calidad de vida que uno siente que tiene en su trabajo.
Así pues, incluso en tiempos de crisis, hay personas que rechazan puestos de trabajo, algo que muchos no se explican. Voy a intentar que alguien comprenda algo...:
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El salario mental consta de múltiples elementos que hacen que una persona se sienta "bien pagá". Citemos unos cuantos:
Uno podría ser el reconocimiento del trabajo que uno realiza, algo que brilla por su ausencia. Raro es el jefe que subraya algo de lo mucho que haces bien, y en cambio se te tirará a la yugular a la mínima que te equivoques o no cumplas. Puedes hacer bien el 99 por ciento de las tareas encomendadas, que como falles en una, esa es la que se subrayará.
Otros elementos podrían ser la posibilidad que tengas de progresar por tu trabajo hecho: normalmente no será por este factor el que haga que progreses o subas en el escalón de una empresa, pues siempre tendrá más repercusión si perteneces a algunas categorías como las siguientes: 'familiar de', 'enchufado por', o 'lameculos de'.
Otro elemento importante es la posibilidad de compatibilizar tu horario laboral con tu vida personal, y aquí quiero hacer un inciso: NO SÓLO tiene vida personal aquel que está casado y con hijos. Vida personal la tenemos todos, aunque algunos nos dediquemos a nuestros hobbies, sean los que sean. Y esa consideración también la incluyo dentro del salario mental, toda una conquista que ni el más rancio de los futuros gobiernos podrá ya extirpar. Vienen recortes, lo sabemos, pero en según qué cosas, no nos van a poder achicar.
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Si hay solidaridad y compromiso, si te sientes (o te dejan sentir) identificado o comprometido con esa empresa (para esto hace falta un dueño con un poco de inteligencia, y una política clara de dar información, algo que brilla por su ausencia en la mayoría de los casos), etc... Antes las empresas eran como unas cajas negras y lo mejor era callarse. Ahora la transparencia es un elemento importante, y eso lo hemos conquistado los trabajadores sin la ayuda de nadie.
Por supuesto, la localización de tu empresa respecto al de tu hogar, la posibilidad de un aparcamiento fácil, las horas de entrada y de salida teniendo en cuenta todos los elementos, etc etc... Y por más que os digan los burgueses y demás enterados, todo es exigible. Debemos seguir exigiendo y hacernos respetar. No hay ningún trabajo más importante que otro, que no te minimicen ni desprecien.
El salario mental es una de las grandes conquistas de los trabajadores, y ya no vamos a renunciar. Aplaudo al que rechaza un puesto de trabajo por no sentirse bien pagado. No olvidemos que venimos de otras épocas en las que no se podía exigir nada, y era recomendable no decir nada. Si no estás satisfecho con tu puesto de trabajo y tú sabes lo que vales, déjalo por mucha crisis que haya.