English: "I dannati" di Lorenzo Paolini: una metafora del consumismo e dell'imbarbarimento culturale. Segregati dove credono di poter correre liberamente, in realtà non possono fermarsi perché rallentare significherebbe morire. Italiano: "The damned" by Lorenzo Paolini: a metaphor of consumism and culture's barbarization. Jailed where they think to freely run, they can't stop because a delay means death. (Photo credit: Wikipedia)
Ya son demasiados los signos que da la gente de que, de esta crisis, no hemos aprendido nada. Ya empezamos a oir demasiadas cosas conforme parece que la gente está deseando que los bancos vuelvan a dar crédito para cometer los mismos errores que en un pasado.
Muchas de las compras que se están haciendo en este país, vuelven a ser financiadas. Muchas de las personas con las que uno habla, están deseando pedir un crédito unicamente para consumir, y volver a tener deuda para poder comprarse su nuevo y ultimo capricho...
Y esta crisis no puede ser recordada, solamente, como la crisis de los bancos y los políticos. Hay que aprender algo, y lo primero sería tener claro que la gente "normal" también se equivocó, aceptando créditos imposibles y comprando y viviendo por encima de sus posibilidades.
Para aprender algo, lo primero que hay que aceptar es que algunos fueron avariciosos, y hay que recordar que muchas personas te contaban, chulescos, que se habían comprado un piso por un valor altísimo, pero que lo venderían, más adelante, por un precio mucho más alto.
Hay que recordar que si tú eras de los que no te comprabas un piso, o pedías un crédito para ir más lejos que el vecino de vacaciones, o tener el mejor coche, te trataban de tonto.
Es verdad que muchas personas fueron seducidas por campañas publicitarias que te lo concedían todo, y que eran tan nocivas como las del tabaco, y que muchas otras fueron embaucadas por el banquero de turno, al que algunos consideraban un amigo... o un rey mago.
Pero también hay que aceptar que fueron las personas normales las que firmaron, alejados del sentido común. Era el ciudadano de a pie el que también colaboraba en todo este juego perverso, y el que fue demasiado ingenuo. En muchos casos, no hubo ni la racionalidad, ni la responsabilidad de si lo podíamos pagar... o no.
No hubo ni sentido común, ni responsabilidad, ni racionalidad, y es de suponer que la gente pensó que su vida seguiría siempre igual, o que si llegaba algún problema para poder pagar todo aquello que estaba acumulando, ya se arreglaría, como por arte de magia, de alguna manera...
¿En serio vamos a volver a lo mismo? ¿Hemos aprendido algo, o no? ¿Tan débil es la mente humana? ¿Tan consumistas somos? ¿No tenemos memoria? ¿No escarmentamos?
Cuando oigo a alguien que desea que los bancos abran el grifo para volver a tener deuda, me dan ganas de no seguir denunciando todas las barbaridades a las que los políticos y los banqueros nos han sometido...
