Cuando Panasonic nos invitó a formar parte del Reto Bloguero me entusiasmó la idea de probar una cámara nueva como fotógrafa aficionada que soy. Estoy acostumbrada a usar una cámara reflex y me gustaba la idea de probar otra...
Sin embargo, no me esperaba gran cosa, pues al fin y al cabo, una cámara es una cámara y el verdadero fotógrafo es el que hace clic, no la máquina que lo hace. La sorpresa que me llevé fue enorme...
Para empezar, nada más cogerla, la Lumix G5, pude comprobar dos cosas importantes. Primero, que es muy ligera, incluso con el objetivo ya puesto. Es muy manejable y nada aparatosa.
La segunda parecía algo contradictoria: Pese a su ligereza, cumplía todos los requisitos que puede necesitar una cámara totalmente profesional. Una empuñadura agradable al tacto que se agradece en la toma de fotos, unos objetivos muy jugosos, la opción de usarla como una cámara normal y corriente o tomar fotografías regulando cada uno de los controles, además de una pantalla donde visualizar el objetivo que estamos enmarcando (y el plus de una pequeña línea que nos ayuda a ver si estamos tomando la fotografía totalmente horizontal, evitando esas fotos donde, por tomar como referencia un edificio, acaban vencidas hacia un lado u otro) que además es táctil y por supuesto, lleva cámara de video incorporada para hacerla más completa todavía además de un zoom totalmente espectacular.
Pero eso era el principio. Para mí la opción que hace a la Lumix G5 totalmente diferente es la posibilidad de usar filtros mientras se toma la fotografía. ¿Cómo es posible? Mirad la primera foto que hice con ella:
La foto la hice viendo ya lo que mi cámara apuntaba con el efecto de "edificio" que tantas personas usan para mejorar sus fotografías. ¿Otro ejemplo?
En esta foto, convertí al cartel del metro Callao que tantas veces hemos visto, en algo sacado de otro tiempo. E incluso con la calle entera como podéis ver en al siguiente fotografía.
El límite de la fotografía creativa ya no se puede fijar. El hacer que veas como una fotografía queda con un filtro creativo ANTES de presionar el obturador hace que las posibilidades sean totalmente infinitas y que el proceso de post-creación sea mucho más corto. Además, cabe destacar que la calidad del obturador automático hace posible que cualquier persona haga fotografías espectaculares, aunque sus conocimientos de fotografía sean bastante limitados, es el instrumento perfecto para aquellos que comienzan a sentir el gusanillo de la fotografía y no saben cómo entrar en el maravilloso mundo de las cámaras réflex.
Si los reyes no os han traido lo que queríais... ¡ya sabéis con qué descambiarlo!.
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