Una serie que va más allá de la estupidez que plasma...
Estamos con las pilas puestas a tope porque nuestra curiosidad por esta serie se despertó el mismo día que hicimos su artículo de presentación. Netflix exhibe a su ejército espacial con "Space Force".
'Space Force' se centra en un grupo de personas encargadas de establecer la sexta rama de las "Fuerzas Armadas de los Estados Unidos": la Fuerza Espacial de los Estados Unidos.
Mark R. Naird (Steve Carell) acaba de ser elegido para dirigir la recién formada Fuerza Espacial de los Estados Unidos. El nombre del personaje, Mark, no es casual. Acaba de ser premiado con 4 estrellas que básicamente en jerga militar, significa promoción. A mayor número de estrellas, mayor rango. Así, Mark y su familia, Maggie (Lisa Kudrow) y la hija de ambos Erin (Diana Silvers), son trasladados a la base militar secreta donde operan las fuerzas espaciales. Maggie sale rápidamente del mapa.
El objetivo del Presidente es "BOOTS ON THE MOON" y el general Naird debe hacer todo lo que esté en sus manos para conquistar la luna antes del 2024. Para ello, contará con un elenco de científicos venidos de todos los rincones del planeta encabezados por el Dr. Mallory (John Malkovich).
Crítica de la serie SPACE FORCE Netflix - CEC SERIES
¿Una producción estadounidense para informar al público de las novedades implementadas y de su funcionamiento? ¿Una producción destinada a la propaganda patriótica? ¿Otra serie oportunista?
Tras presenciar la totalidad de la primera temporada, podemos afirmar que esta NO es bajo ningún concepto una producción destinada a la propaganda y SÍ a la antipropaganda patriótica. Es claramente una sátira en contra de la decisión de formar la nueva división espacial de los Estados Unidos.
CONTEXTO ACTUAL:
La división espacial de las fuerzas armadas americanas existe en la realidad y la conforman 16000 personas. Fue anunciada oficialmente por el vicepresidente Mike Pence en agosto de 2018 y está activa desde el 20 de Diciembre de 2019, como primer nuevo servicio armado desde el establecimiento de la Fuerza Aérea de los Estados Unidos, independiente en 1947. El comandante en jefe actual es el presidente Donald Trump y el Secretario de Defensa es Mark Esper.
¿La misión de esta nueva rama espacial? Absorber el rol que tenía la Fuerza Aérea (que se ocupa de la guerra aérea) liderada por el Comando Espacial: LA GUERRA ESPACIAL. ¿Qué Guerra Espacial? Mantener la paz espacial y el espacio fuera de las garras de posibles colonizadores. Dicen que si uno quiere la paz, debe prepararse para la guerra... Pero lo que no dicen es que si ya hay paz, ¿para qué ir a soliviantarla? Es el mecanismo económico habitual de los Estados Unidos: ocasionar conflictos bélicos para seguir produciendo.
Huelga decir que cuando en 2017 se hizo la propuesta de esta nueva rama, numerosos miembros se opusieron argumentando que aumentaría considerablemente el gasto público (tema que queda retratado en la serie) así como la burocracia sin ofrecer soluciones reales a los problemas.
"Space Force" tiene su razón de ser pero, sacada de contexto, puede llegar a perder mucho, NO TODO, del sentido del que le vemos en el "aquí" y el "ahora". Es por ello, que el público al que va dirigida es selectivo. ¿Es una buena serie? Si consideramos que la sátira se puede extrapolar a varios niveles sociales y extender a cualquier país, la respuesta es SÍ. Es una buena serie. Pero "lo cortés no quita lo valiente" y, a pesar de que "Space Force" posea la calidad de rizar el rizo, a nosotros no nos ha gustado.
El sentido del humor rídiculo que maneja es el que tanto odiamos, siendo ésta la primera de las razones y un argumento importante para aquellos que nos siguen y nos conocen. Tan importante es compartir afinidad con la línea crítica como no compartirla, porque uno puede valorar si un contenido puede o no ser de su agrado conociendo bien los gustos del que critica. Nosotros tenemos a nuestros guías, a los que ya comprendemos y sabemos de qué pie cojean.
Hay uno en particular cuya opinión es siempre tenida en consideración y no porque la compatamos sino porque sabemos de sus filias y de sus fobias y nos sirve para calibrar. Es esta la importancia, relativa por supuesto, de la labor que realizamos: ofrecer un punto de anclaje. Aquellos que hacen zapping opinático constante no son de fiar porque opinarán en función de cómo soplen los vientos o de lo que haya que decir para quedar bien. Nuestra impopularidad nos precede, pero aquellos que nos leen saben que si alabamos una serie no es porque sí, puesto que no dependemos de nadia más que de nosotros mismos.
Dicho lo cual, el chiste fácil que infantiliza a sus personajes nunca nos ha parecido una muestra de inteligencia. En esta producción adquiere todo su sentido y ENTENDEMOS su uso igual que en "The Great". Pero pese a que comprendamos las motivaciones que se esconden detrás de esta protesta política, la serie -en cuanto a calidad- no nos ha gustado.
Los países y altos funcionariados son regidos desde la incompetencia de sus cargos. Los humanos puestos al poder desarrollan todo su patetismo y lo exhiben precisamente porque son altos cargos y, a su modo de entender la realidad, están en ese puesto por haber hecho gala de inteligencia.
¡Craso error! ¡Graso error! En "Grasa" ya vimos que la estupidez no está reñida con la clase social ni con el desempeño de un puesto laboral. Uno puede ser un hacha en matemáticas, pero un completo inepto en la vida real, como Sheldon o Einstein. La definición de inteligencia debería ser revisada, pues ha sido elaborada desde una realidad industrial donde lo más importante era comprender y desarrollar máquinas y un trabajo en cadena que permitiera abaratar los costes de producción e incrementar el rendimiento. Así nos ha ido, y así seguirá a menos que todos los conceptos se ciñan a su ámbito.
Mark Naird dirige a una congregación de freaks y empollones que no saben lidiar con la vida fuera de sus números. En contraposición, las fuerzas del aire tienen mucho músculo y poco cerebro y, en vez de colaborar para hallar el punto de equilibrio como sería lógico, sus dirigentes se oponen por envidia, orgullo y ego herido.
El gag más gracioso, tenemos que reconocerlo, es el de los nuevos trajes diseñados por la primera Dama. Otro caprichito que demuestra que, cada uno a su nivel, barre pa su casa en busca de aceptación y reconocimiento.
Nada que objetar a esta ficción que, si bien es cierto nos ha gustado poco, admitimos que va más allá de la estupidez que plasma.
