¿SERIE O DOCUMENTAL?
"Edén" es la nueva serie que llega a filmin este Martes 21 de abril con seis episodios de 45 minutos. Eden tiene lugar entre Alemania, Francia y Grecia. La serie aborda la crisis migratoria y destapa todo lo que se esconde detrás de los campos de refugiados, las ayudas europeas y la culpa que asola al mundo. El guión ha sido escrito por Bernd Lange, Constantin Lieb y Laurent Mercier, y un elenco internacional está a bordo para retratar a los protagonistas, ya que el diálogo es en cinco idiomas.
6 historias que relatan desde diferentes prismas la situación de los refugiados y que se abre con la llegada a una playa de Grecia de una embarcación con una cincuentena de personas. Los turistas entre los que se cuenta una familia de Manheim: Jürgen (Wolfram Koch) su mujer Silke (Juliane Köhler) y el impresentable hijo de ambos Florian (Bruno Alexander), miran atónitos el desembarco. Dicha familia acogerá a Bassam (Adnan Jafar, una sola F) un joven refugiado sirio con familia en Paris.
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Hélène (Sylvie Testud) es la directora francesa de un centro privado de refugiados "CAMPO DE REFUGIADOS ELENA" en Atenas. Dos cosas que descuadran y ponen los raíles sobre los que se deslizará "Eden": privatizar los refugios de inmigrantes con el fin de lograr activos aprovechables (léase mano de obra barata y un mayor número de contribuyentes) para la Unión Europea. Hélène, a pesar de cómo la quieran dibujar, es una parte del problema. El nuevo comercio de esclavos pero con el beneplácito y la ayuda de Bruselas. Una doble indecencia moral más a la que asistimos.
Dos guardias de seguridad del campo de refugiados, Alexandros (Theo Alexander) y su cuñado Yiannis (Michalis Ikonomou) se ven implicados en un accidente la noche en que Daniel (Alexandros Asse-Longovitis) seguido por su hermano menor Amare (Joshua Edoze) logran burlar la seguridad y escapar. Daniel necesita proveer de dinero a su familia y está a la espera de obtener el asilo para poder trabajar pero los papeles van a tardar más de lo previsto y por ello decide escapar hacia Inglaterra con los pocos ahorros que posee.
Finalmente, la familia de origen sirio formada por el médico Hamid Laskani (Maxim Khalil), su mujer y la hija de ambos, pide asilo político en Paris. Acusado de mantener una actividad política por la posesión de información confidencial contra el regimen, la vida de Hamid corre peligro. A medida que vayamos tirando del hilo veremos de qué manera la historia de esta familia se entrelaza con la de Bassam.
En ningún momento la serie nos transmite emoción, lástima o empatía. Las injusticias no nos sublevan, las interminables listas de espera para poder salir de sus respectivos países nos dejan impasibles, las entrevistas ofensivamente íntimas no solivantan la quietud sendentaria y las travesías excesivamente peligrosas no nos disturban. Tampoco logran indignarnos la aleatoriedad en la regulación de los permisos de residencia o el empleo de mano de obra cualificada para el desempeño de tareas que los autóctonos no quieren hacer por su peligrosidad, suciedad, etc.
"Eden" más que una serie parece un documental encargado por Arte que toca todos los temas con una frialdad disfrazada de ficción. Su rigor se impone desentrañando todo lo que se esconde detrás de las ayudas financieras de la Unión Europea en detrimento de la emocionalidad. La construcción de sus personajes NO nos llega, la baja calidad del guión es inversamente proporcional a la calidad informativa y las actuaciones dejan mucho que desear.
El tono de los documentales no nos suele transmitir nada dejándonos igual que si no lo hubiéramos visto. Salvo algunas excepciones como "Searching for Sugar Man" o "The innocence Files" actualemente en Netflix, los documentales no contribuyen al crecimiento de las personas. Se ha demostrado que los humanos aprenden desde la emocionalidad y no desde la absorción de datos porque sí. Es más, si alguno de los datos se nos queda grabado es porque esconde emociones directamente relacionadas con el "yo".
Los temas que Eden está tratando no dejan de ser anecdóticos precisamente porque no tocan de pleno a la tan solidaria sociedad, que actualmente está ocupada mentalmente con otros menesteres, véase su propia supervivencia. "Si nos queda tiempo, ya nos ocuparemos de los demás pero ahora mismo no sabemos si llegaremos a pagar la factura de la luz". Mal momento para lanzar esta ficción que, lamentablemente, quedará en anécdota.
Ya vimos, desde sus inicios, que la Unión Europea iba a favorecer a los de siempre y habiendo observado el funcionamiento del mundo, nada sorprende ya, ni el comercio de personas aunque sea escandaloso en términos absolutos. Pero ¿Quién puede decir que no se vende?
"Edén" será de interés para aquellos a los que el tema toque de pleno y a los que se hagan llamar solidarios. Para los amantes de la ficción, "Edén" respresentará un palazo de serie que trata un tema interesante de la manera más insulsa posible.
