"TE DEBO LA POSIBILIDAD DE REDENCIÓN, Y NO HAY REDENCIÓN SI NO HAY CONSECUENCIAS"
Un entramado lío de familias, expiaciones, redenciones, del peso del pasado y de la soledad. La no comprensión de uno mismo, el choque cultural, el machismo, el abuso de poder, la soberbia y el amor.
Todo ello representa un cóctel molotov cuando se intenta cuadrar en una sola serie. Quien mucho abarca poco aprieta, y eso es así en 'Giri/haji', a pesar de ser un buen producto de entretenimiento. Calculado y pulido se queda a medio camino en el desarrollo de todos los temas que asoman. Es una declaración de intenciones, una promesa en la arena donde la palabra y los hechos no se encuentran.
Un asesinato en Londres y otro en Tokio conducen a que un año después de enterrar a su hermano Yuto Mori (Yōsuke Kubozuka), el inspector de policía Kenzo Mori (Takehiro Hira) reciba una visita nocturna de un temido miembro de la Yakuza, Fukuhara (Masahiro Motoki). Éste le comunica la posibilidad de que su hermano Yuto siga en vida. Con sus secretos y atormentado por el pasado, Kenzo viaja a través de medio mundo hasta la extraña y distante capital Inglesa. En ella encontrará a nuevos amigos como Sarah Weitzmann (Kelly Macdonald) una detective constantemente marginada por sus compañeros del Metropolitan Police y Rodney Yamaguchi (Will Sharpe) un prostituto medio japonés, drogadicto y vicioso a partes iguales; y a nuevos enemigos como el temido Connor Abbot (Charlie Creed-Miles) personaje que guarda un extremado parecido con Arthur de los Peaky Blinders.
Que no se nos malinterprete. Nos ha encantado su forma circular donde todos los caminos conducen a Roma o a Damasco, como diría Ellis Vickers (Justin Long). Deja clara la voluntad y el resultado final es una sobresaliente historia de polis y cacos con la particularidad de englobar el mundo de hoy. Yakuza en Londres, mafia albanesa, policía británica, judíos, orientales, occidentales en la caótica globalización donde la cara vista es la multiculturalidad y la riqueza que puede sembrar siendo la cara oculta el salvaje proteccionismo ante la amenaza de la desaparición de la tradición.
A través de los iconoclastas ojos de Taki Mori (Aoi Okuyama) la hija de Kenzo, vemos el encorsetamiento de una sociedad costumbrista y de marcados apegos tradicionalistas donde la mujer tiene su lugar, como Rei la madre de Taki (Yuko Nakamura) confinada a vivir rea de los lazos familiares adquiridos a través de su matrimonio. La mujer y no puede escapar de su rol y la consideración que se le depara es mínima e incluso nula. Londres se presenta como agua de mayo donde existe la posibilidad de encajar por el polimorfismo de la sociedad británica. Si con la rectitud inglesa la pequeña Taki alucina, en España la tendemos que ingresar.
En contraposición tenemos a Sarah Weitzmann, la agente marginada por su equipo principalmente masculino. ¿Es tan diferente oriente de occidente o sólo es el espejismo que nos devuelve el orgullo británico e imperialista?
El tema del amor y las reflexiones sobre el efecto mariposa de nuestros actos... mejor no los comentamos porque nos parecen pueriles e incluso tóxicos, sobre todo en cuanto al primero se refiere.
Pero lo dicho, todo se queda en la superficie pacífica de la lucha contra uno mismo, contra la sociedad y contra la banda rival. Y quizás sea precisamente la intención del guionista Joe Barton cuyas anteriores obras incluyen, entre otras, la participación en la redacción de 4 episodios de la serie del 2009 "Freak", 2014 la película "Glasgow Girls", 2015-2016 3episodios de la serie "Humans", "iBoy" en 2017.
Hemos querido comprobar su recorrido, pues no sabíamos si el pecar por defecto de fondo se debía a su inexperiencia o a su marcado origen inglés. Lo que puede parece un prejuicio se basa en observaciones derivadas de la ingente cantidad de series que vemos y que, a lo largo de los años, edifican unos patrones en nuestros cerebros. Los seguidores de CEC ya saben que lo británico no es santo de nuestra devoción, y pocas han sido las ocasiones en las que una sorpresa nos haya sobrevenido como en el caso de UTOPÍA, de la cual se puede consultar la crítica AQUÍ. Podemos decir que nos sorprendió rompiendo los moldes que sus compatriotas ayudaron a fundamentar.
Terminar diciendo que Giri/Haji nos ha entusiasmado como entretenimiento. Es un producto lijado que no deja astilla alguna que clavarse. Un acabado liso en el que ninguna de las historias que nos presenta nos aburre. Todos sus personajes tienen un toque que los hace agradables, incluso el mafioso más temido de la Yakuza nos deja admirados de la entereza de los valores de la mafia.
En un mundo global donde la tendencia es la licuefacción y pérdida de valentía, interés, vergüenza, dignidad, reflexión, pensamiento crítico y genuino, las mafias mantienen intacta la integridad que siempre nos ha causado fascinación y por la cual nos hemos intentado guiar, no siempre exitosamente.
Recomendable para las nuevas generaciones que no quieran someter su más que limitada paciencia ni su incomprensible alergia a los clásicos con la genial trilogía de 'El Padrino'.
