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Como ya dijimos, el jueves 4 de Junio de 2020 HULU estrena esta serie británica de la BBC y disponible en BBC player a la cual nuestro equipo CEC Series ya ha tenido acceso en su totalidad. En esta ocasión sólo son 5 los episodios de media hora que pasan sin sentir.
La serie está inspirada en la vida de la escritora Kayleigh Llewellyn, cuya experiencia se ha vertido en "In My Skin", una montaña rusa emocional sobre Bethan Gwyndaf (Gabrielle Creevy), una adolescente de 16 años galesa que se escinde entre la devoción por una madre enferma, un padre alcohólico y un intento de alcanzar el reconocimiento de sus profesores y compañeros de instituto. Bethan no sólo vive una doble vida sino que carga con el peso de no poder compartir, ni siquiera con sus dos mejores amigos Travis (James Wilbraham) y Lydia (Poppy Lee Friar), aquello por lo que está pasando.
Ambientada en Cardiff, Bethan lidia en solitario con la bipolaridad de su madre Katrina (Jo Hartly), que debe ser internada en un hospital psiquiátrico en reiteradas ocasiones.
El alcoholismo de su padre, Dilwyn Gwyndaf (Rhodri Meilir), lo convierte en un niño adulto incapaz de cuidar de él mismo y excusado por su abula y madre de su padre Nana (Di Botcher). Una serie de situaciones embarazosas para Bethan se suceden derivadas de las necesidades obvias que puede tener un adulto pero llevadas con la misma despreocupación e inconsciencia de un niño.
La vergüenza que su realidad le provoca obliga a Bethan a ocultar su vida y a mentir. Engañar a sus profesores la Sra. Morgan (Alexandria Riley) y Ms. Blocker (Laura Checkley), inventar excusas de cara a la chica más guapa y cruel del instituto Poppy (Zadeiah Campbell-Davies) y falsificar notas y firmas parentales de cara a Trav y Lydia son "el pan nuestro de cada día" de Bethan.
Crítica de la serie IN MY SKIN - CEC series
Es una pena que se trate tan sólo de una temporada de 5 episodios porque su fondo es interesante. Ni grande ni especial pero sí cautivadora. A pesar del inconfundible sello inglés que termina ridiculizando a sus personajes, especialmente a Blocker y a Priest (Aled ap Steffan), ésta lo hace sin quitarles profundidad. La profundidad, claro está, que se le puede pedir a una producción inglesa, muy por debajo del nivel que solemos pedir en cec.
No podemos decir que empaticemos con los personajes porque esta manera "brit" de relatar los dramas hace que no sintonicemos con las penas o alegrías de este pueblo.
Bethan lo pasa mal siendo la única responsable que parece tener conocimiento a pesar de ser también la única menor de edad. Debatiéndose entre una existencia adolescente, una INdeterminación sexual, su condición de niña huérfana, el peso del hogar recayendo en sus espaldas, la realidad de unos padres cuyas figuras se corresponden con la de los hijos, una abuela que actua como escudo y a la vez alimenta el sistema de un padre infantil, etc, Bethan debe de estar viviendo un infierno personal que no logra traspasar la pantalla. Nos deja completamente fríos el estilo de narrativa que tiene que ver con el modus operandi inglés. No es lo nuestro.
Peca de exigüidad al tratar de plasmar el abismo y desamparo por el que imaginamos que esta chica está pasando. Celebramos el enorme paso al frente que toca temas tan delicados como el de la enfermedad mental, la negación de uno mismo y casi la explotación y maltrato infantil asi como el bullying escolar y la irresponsabilidad adulta que no protege a los niños.
Muy de refilón se sugieren las causas de tal ignorancia voluntaria. En la figura de la abuela vemos que el propio trauma y frustración de madre así como la sobreprotección de un hijo, Dilwyn Gwyndaf, lo han conducido a ser el cacho de carne que vemos. Un deleznable e inmundo ser que deambula como animal de ganado.
La madre de Bethan no tiene la culpa de ser bipolar pero sí que queda reflejado que la enfermedad mental puede acentuarse por el efecto de elementos externos como un marido que no la quiere.
El profesorado a penas se percata de los problemas internos de Beth y sólo se preocupan de aquello que está en relación a su ámbito de actuación. En lo referente al desempeño cerebral será Morgan la figura de autoridad, en lo referente al físico y a su sexualidad será Blocker. Ninguna de las dos ve más allá de su propio ombligo.
No obstante y a pesar de todos los puntos negativos que le hemos visto, en su globalidad nos ha gustado por incoporar estos elementos a los que estamos acostumbrados con un giro que le da un aire diferente. Un poco más de profundidad, más minutaje para explorar el universo interno de Bethan, aquello que duele, aquello que la hace humana. La serie no llega a pasar, como a la mayoría de sus compatriotas, de una determinada altura.
Aun así "In My Skin", está mucho más cerca de la satisfacción que sus predecesoras.
