Con episodios tan atractivos como "cagar en casa de los suegros" hasta "evitar que se sienta el tufo"
Esta serie noruega fue la ganadora del Premio del Público en la última edición del Serielizados Fest. Su narrativa gira entorno al típico tópico de la comedia romántica donde chico-conoce-chica y sin embargo, sus capítulos se titulan tan acarameladamente como lo que explican: "cagar en casa de los suegros" "
Uno de los elementos totalmente novedosos es que el chico, Stian, lleva sus propios comentaristas deportivos internos. Esencialmente la gracia de la serie puede llegar a convertirse en pesadilla al cabo de 4 episodios. Sus capítulos duran a penas un cuarto de hora, suponemos que con toda la intención enfocada a una parte deportiva. La retransmisión de los movimientos de Stian nos provocan dolor de cabeza con el ruido de fondo del campo pero ciertamente es un elemento original nunca visto que nos ha hecho explotar en carcajadas en más de una ocasión.
Match está creada por el noruego Martin Lund, que además encarna a uno de los dos comentaristas. Ha sido vendida a más de 20 países y objeto de remake en la televisión canadiense. Filmin estrena en VOSE las dos temporadas de 10 episodios producidas hasta la fecha.
Es una serie cítrica que no se priva a la hora de ridiculizar a cualquiera de sus personajes. Desde el capítulo uno que bajo el título de "¿Nos dará Anki una segunda oportunidad?" relata momento en que Stian vuelve a casa de su ex-novia para recoger el remanente de sus cosas y obtener de la prórroga un bonus, hasta el décimo capítulo de la temporada 1 las situaciones van aumentando en escatológicas alusiones y en paralelo incrementa la vergüenza ajena.
La estructura de los capítulos es siempre la misma: conseguir el reto que Stian se propone en cada uno de ellos. La temporada 2 está concebida del mismo modo pero quizás el factor sorpresa habiendo ya pasado, nos nos provoca la misma reacción quedando más diluida aún siendo igualmente divertida.
El personaje es puesto en situaciones que son totalmente reales, quizás caricaturizadas por la exageración de los comentaristas pero ¿Quién no se ha encontrado en una situación similar tanto activa como pasivamente? ¿Quién no ha pasado cierta vergüenza al tener que interpelar a alguien que nos acaban de presentar cuyo nombre no recordamos? ¿Quién se ha librado de tener que decirle a un amigo o pareja "tienes un moco enganchado"? ¿Quién nunca ha mirado hacia abajo en los vestuarios del gimnasio sintiendo cierta incomodidad porque las comparaciones son odiosas? ¿Quién no se ha puesto nunca los calzoncillos del revés con sus trágicas consecuencias? ¿Quién no ha preparado un paracaídas para evitar el "plof" excremental?
La vida está llena de sorpresas como las que vemos en MATCH y que además se encarga de remarcar con fuerza y desvergüenza. La serie nos hace pasar por momentos en los que sentimos tal bochorno que nos vemos obligados a esconder la cabeza debajo de la manta y rogar para que a Stian no le pase aquello que precisamente recordamos que nos ocurrió en primera persona. Y sí, lo que en su día fue una tragedia hoy se nos presenta como una comedia pero no por ello dejamos de sufrir por el pobre chico que lo tiene todo de pringado, como cada uno de nosotros, bien escondido en el fondo de los pantalones.
Stian es un joven de veintitantos totalmente normal. Le huelen los pies, en el momento menos adecuado llaman a su puerta o se queda dormido, lo dejan plantado, miente, se esconde, se emborracha y quiere mojar el churro, como todo hijo de vecino. Es un personaje lamentable y patético del que nos apiadamos al mismo tiempo nos mofamos porque la condición humana de la que hace gala constantemente asemeja a los monos más erectos los nórdicos más portentosos.
Todo queda reducido al absurdo sin por ello utilizar el absurdo como vehículo narrativo. Una pequeña gran serie con la que terminamos pensando "Pfffff! es que es todo patético". Y un gran hurra de nuevo a filmin por traer a nuestras pantallas rarezas y freakadas de este tipo que van muy bien para distraerse restando toxicidad al ideario colectivo, quitando toneladas de hierro a ciertas intimidades que, tras exponerlas, nos damos cuenta de que ni son tan íntimas ni tan raras.
Un aplauso por las iniciativas como esta. MUY recomendable a pequeñas dosis, nada de maratones porque en este caso no sientan bien.
