Dinero. Poder. Mujeres. Drogas. Las tentaciones abundaban y el temor a la ley era irrelevante. Jordan Beldford (Leonardo DiCaprio) y su manada de lobos consideraban que la discreción era una cualidad anticuada; nunca se conformaban con lo que tenían.”
Si quieres saber cómo se sintió Leonardo DiCaprio en la piel de un ambicioso trader como Beldford -cuya interpretación además le ha valido recientemente un Globo de Oro a mejor actor-, no te pierdas la siguiente entrevista
Y además...
Con motivo del estreno en cines de EL LOBO DE WALL STREET este viernes 17 de Enero, el Doctor Benigno Horna, Supervisor Académico de Terapia Integral MHRP de la Facultad de Psicología de la BIU, nos comenta cómo es el perfil psicológico real de un trader o vendedor. Según veremos, la interpretación que Leonardo DiCaprio hace de Jordan Berford, se ajusta perfectamente a lo que nos cuenta el Dr Horna:
El perfil psicológico de un trader o vendedor, variará dependiendo de su edad. De 18 a 28 años trabajarán para otros y serán muy agresivos y tenaces. Más que el dinero les motivará la competitividad. Su formación académica pasará a segundo plano y será sustituida por la comunicación, en la que serán grandes maestros. La ambición de poseer objetos y personas les llevará a vivir por encima de sus posibilidades. Arriesgados, violentos, impulsivos y bastante psicópatas, ya que desprecian a todos los que perciben inferiores. Algunos de ellos, los más belicosos, no tendrán escrúpulos y destruirán a sus semejantes por el logro de sus intereses.
Adorarán ganar dinero y por tanto, las comisiones serán una parte muy importante de sus ingresos. Odiarán perder y presumirán constantemente de sus logros, porque creerán que de esta manera, impresionarán a los demás. Les atraerá el peligro y estarán jugando siempre al límite. Para liberar la tensión y los dolores de espalda, en muchos casos, el alcohol y otras drogas, estarán dentro de su menú diario, condimentado con el sexo sin límites y la adrenalina producida por sus creencias, de que todo en esta vida tiene un precio. La mayoría de las veces serán grandes resentidos y cambiarán de humor constantemente. Después de un gran grito con violencia, a los pocos segundos sonreirán como si nada hubiese pasado. No perdonarán que alguien se meta con sus amigos o su familia. Les atraerá la venganza a posteriori y el odio, los cuales resultarán compañía habitual.
Por otro lado, de 29 a 35 años seguirán trabajando para otros y otros ya trabajarán para ellos. El dinero y el poder seguirán siendo su esclavitud consentida y tendrán que aprender que la información es dinero en movimiento y asimilar que es la herramienta de las herramientas, junto con el conocimiento del producto y de su mercado. Los pocos que quedarán de los que empezaron habrán estudiado y utilizarán estrategias para tener una gran fortaleza que les permita superar los obstáculos que se les presentarán. Dejarán de pelearse con sus antiguos enemigos, haciendo pactos impensables años atrás, sustituyendo la confianza por el miedo y la violencia tamizada. De 36 años en adelante, el activo más valioso será el tiempo, ya que recuperan su libertad, cuando el dinero dejará de ser lo más importante. Los más inteligentes cambiarán, ya que habrán aprendido que la vida está llena de pequeños momentos que a la postre, se convierten en excepcionales.