Cuando vemos trabajar a un gran hipnotizador, no vemos a un farsante ni un juego de prestidigitación ni un truco de luces realizado por un mago en un escenario. Podemos ver que estas personas no son actores, no están actuando. Si durante un momento ciegan a los presentes, estos están realmente ciegos. Luego les devuelven la visión y pensamos: ‘¿Cómo funciona eso?’ Es muy entretenido. Como la mente es algo verdaderamente interesante para que la película la examine, queríamos dar un pequeño paseo en torno a esas ideas. Todo eso de la consciencia y la inconsciencia y qué es lo que controla el qué. Pensamos que tenemos todo bajo control, que controlamos lo que vamos a decir, pero en realidad ignoramos lo que vamos a decir a continuación". Danny Boyle
Simon (James McAvoy), subastador de artículos de bellas artes, se compincha con una banda criminal para robar una obra de arte que vale millones de dólares, pero después de haber recibido un golpe en la cabeza durante el atraco, descubre, al despertarse, que no recuerda dónde ha escondido el cuadro. Cuando las amenazas y la tortura física no logran ninguna respuesta, el jefe de la banda (Vincent Cassel) contrata a una hipnoterapeuta (Rosario Dawson) para que hurgue en los recovecos más oscuros de la psique de Simon. A medida que va adentrándose en su destrozado subconsciente, lo que está en juego llega a ser mucho más y los límites que separan el deseo, la realidad y la sugestión hipnótica comienzan a difuminarse y desaparecer.