Keith Richards como cantante y guitarrista es una prolongación de la imagen que percibimos de él, una imagen que seguramente se acerca a lo que debe ser en realidad: un tipo bruto y burro en el mejor sentido de la palabra con una actitud provocadora, sucia, obscena y descuidada. Así es como suena Richards; un cantante y guitarrista con un sonido característico, grueso y justito de técnica muy influido por el rock'n'roll y el blues; tocando la guitarra es como una incansable locomotora de licks sucios y ritmos robustos o primitivos.
Es muy arcaico tanto como guitarra solista como vocalista; la canción "Happy" es el mejor ejemplo de ello y la definición sonora más adecuada del tipo, allí encontramos condensado todo el talento de Richards como vocalista y guitarrista y sobretodo mucha actitud rockera; pero es innegable que tanto sus riffs como esas afinaciones abiertas de guitarra que utiliza han sido claves para muchas composiciones de los Stones y han ejercido de ejemplo, influencia y espejo para múltiples generaciones posteriores.