Han cambiado algunas cosas en esta última temporada de American Horror Story.
Principalmente se nota la ausencia de Jessica Lange, en "Hotel" sustituida por Lady Gaga. Si bien nos chirría al principio por nuestros prejuicios, la diva se va haciendo con su personaje de tal manera que pese a sus escasas líneas de diálogo en comparación a sus compañeros de reparto, es capaz de comerse (a veces de manera literal) a quien se ponga por delante de ella, llenando la pantalla con su presencia y creación del personaje de la Condesa. Ahí está el Globo de Oro.
No es la mejor temporada, pese a todos los cambios positivos que se han ido introduciendo. La estela de Asylum y Freak Show son demasiado alargadas, pero es bueno comprobar que continúan separándose de aquella Coven, quizá, la más melodramática de todas y por ello carente de mala baba y depravación de las que hacían gala otras temporadas.
Aún así, el sin fin de personajes excéntricos que pueblan las habitaciones del Hotel Cortez han hecho las delicias de los fans que de un modo u otro han vuelto a encontrar en esta maravillosa creación de Ryan Murphy, un nuevo homenaje al cine de horror, en el que impera el vampirismo, hasta la fecha desaparecido en las anteriores cuatro temporadas y, ¿como no?, cientos de guiños a los pasillos del Overlook, el hotel donde Jack Nicholson perdía la cabeza en El Resplandor.
Sin duda la televisión está cambiando y por fin el género tiene un hueco inmenso en nuestras casas.