UN ARTÍCULO EXCLUSIVO Y ORIGINAL DE CEC SERIES
La cadena de televisión HULU estrena hoy, 14 de Febrero, "High Fidelity" una comedia romántica (como no podía ser de otro modo) inspirada en la novela británica de 1995 de uno de nuestros escritores preferidos seguido de una carcajada, Nick Hornsby. Este libro ya fue adaptado al cine en el 2000 con el título homónimo y dirección de Stephen Frears y en la que participaron John Cusack, Iben Hjejle, Jack Black, Todd Louiso, Tim Robbins, entre otros. Mencionar de paso que Broadway también gozó de su versión adaptada a un musical en 2006.
Esta vez en formato serie, no habiendo suficiente ficción que llevar a las pantallas, Veronica West y Sarah Kucserka deciden darle una vuelta de tuerca más y nos traen una perspectiva más femenina de la historia: el personaje principal que era un hombre es ahora mujer. Entre Hornsby, el cine, el musical y lo femenino las manos nos empiezan a temblar. Demasiado bombo para, quizás, tan poco platillo.
Los 10 episodios de la primera temporada se centra en Rob (Zoë Kravitz, Big Little Lies) la dueña de una tienda de discos que está obsesionada con la "cultura" pop y la lista de los cinco principales éxitos, cultura entre comillas pues el pop es el inicio del declive de nuestra civilización por traer consigo la levedad del ser y el vacío continental. Una de las peculiaridades de la serie es la protagonista dirigiéndose directamente a la cámara al relatar sus relaciones pasadas, como si no se hubiera hecho nunca por ejemplo en la primera versión de Funny Games (1997) de Michael Haneke, por lo que fue criticado. Casi 30 años más tarde es toda una innovación meritocrática.
También aparecen en la ficción como principales Jake Lacy como Clyde, Da'vine Joy Randolph como Cherise, David Holmes (II) como Simon.
LA NOVELA DE HORNSBY
En la historia original el protpietario de la tienda de discos en Camden, Londres, es Rob Fleming, un amante de la música pop. Rob sólo vende los discos que le gustan a él. Tiene a dos empleados hechos a imagen y semejanza del propietario, Dick y Barry ambos tan inmaduros y obsesionados con la música como Rob. Como en una competición por mostrar la virilidad, la demostración en este caso se centra en los conocimientos musicales, cada loco con su tema, y los días transcurren entre recopilaciones en casete de sus canciones predilectas, listas de favoritos, listas de los más odiados, etc.
Debido a su incapacidad para el compromiso y a sus casi 36 años, Laura, la novia del popero Rob, corta la relación dejándolo devastado. Este argumento nos suena quizás demasiado. Por supuesto la vida sigue su curso y Laura entabla una nueva relación con el odioso y odiado vecino de Rob.
Tras la ruptura, Rob toma la determinación de restablecer el contacto con sus ex-parejas descubriendo así el mal recuerdo que guardan de él.
Laura sentirá remordimientos por haberle abandonado, Rob habrá conocido a una despampanante cantante y colorín colorado, el rollazo se ha acabado.
NUESTROS PREJUICIOS
Ya hemos comentado que el autor del libro no nos gusta. Varias son las novelas que hemos intentado leer y jamás hemos podido pasar de la página 30.
Hornsby consiguió ridiculizar el suicidio dotándolo de demasiado pétalos. No.
La historia en sí nos parece una chorrada, una excusa más para hacer ficción de la mala. Además, abanderando lo femenino en esta inmunda moda de cortarle el rabo a todo bicho viviente y dotarlo de vagina. PFFFFFFF, huele que apesta. Y no, no se trata de machismo sino de todo su contrario. NO tampoco es feminazi es que hemos llegado a un extremo patético y ridículo donde la novedad es cambiar de sexo al personaje. Es una parida como un templo y no ayuda EN NADA a la posible progresión de la imagen de la mujer sino que la sigue dañando.
Demasiadas adaptaciones tienen el mismo efecto que el paso de la era analógica a la era digital: se quiera o no, la información acaba por diluirse, perdiendo porque lo digital es incapaz de reproducir los sonidos de la misma manera. En este caso ya partimos de un contenido flojo en apariencia. Película. ¡¿Musical?!
Todo apunta hacia una dirección que NO es la nuestra. Veremos, o no veremos, esa será la cuestión.