Para la evolución de la conciencia colectiva y progreso de la raza humana... si es que eso es posible
OTRO 'HEALING THE WORLD' desde la razón y la frialdad
Es una pena que pequeñas grandes joyas como esta se pierdan en el desconocimiento popular.
Lejos de ser una obra maestra, hay que reconocerle una serie de serios puntos de interés, rebeldía y protesta que vienen a apoyar las líneas de lucha con las que nos identificamos: forma parte del material de ficción que se debería dar a conocer y fomentar para la evolución de la consciencia colectiva que tanto necesitamos para progresar como sociedad.
Unos hechos acaecidos a finales de Junio del 2014 dan el pistoletazo de salida para el desarrollo de la trama de ficción. Tres niños judíos fueron secuestrados en Jerusalem presuntamente por los musulmanes. Simón, un agente antiterrorista del Shabak estará a cargo de la investigación.
En pleno Jerusalem, donde conviven judíos y musulmanes, una chispa es suficiente para consumir en llamas a toda la ciudad. El odio, la ira y la sed de venganza se conjugan para ahogar en la confusión a las mentalidades más precarias o colonizadas por los preceptos de las santas escrituras. Cada uno las suyas, pero Dios en las de todos. Si en nuestra sociedad los tentáculos de la religión, cada vez más enterrada en la historia, siguen dividiendo al colectivo y haciendo mella en la estructura social, asistimos con perplejidad al fanatismo existente en aquellos lugares donde la religión está todavía candente y contamina el aire que sus habitantes respiran. La toxicidad a flor de piel hipnotiza y exime de responsabilidad ad vitam a los que en ella se escudan.
Crítica y recomendación de la serie OUR BOYS (HBO Max España)
Judíos, musulmanes y cristianos (y dentro de estos grupos sus correspondientes escisiones) parecen haber olvidado que todos adoran a una misma figura, que al final todo es lo mismo y que el fanatismo sólo puede dividir y promover la ira, el miedo y la sinrazón.
Somos abiertamente laícos y nuestro objetivo es luchar contra las lacras que históricamente nos han separado los unos de los otros exacerbando la competitividad tras pregonar el fraternalismo, siendo la religión la primera y más antigua de ellas. Igual que los padres son los primeros en formar parte de nuestra historia, la religión es un tema presente desde el inicio de las sociedades. Deificando una figura, se niegan las demás. Venerando un colectivo se niega otros. Idealizando a un/os padre/s todo poderoso/s nos negamos a nosotros mismos como individuos capaces de pensar por sí solos.
En la escuela de rabinos un jóven duda de su vocación como tal. ¿Se le da la oportunidad de elegir libremente? Que cada cual juzgue tras las palabras de su abuelo: "eres inteligente y por eso dudas, es más difícil para las mentes privilegiadas pero es el camino correcto. ¿Quieres dedicarte a ser un peón mejor que un rabino? ¿Cómo quieres acabar? ¿Trabajando?".
La amenaza y el miedo de una sombra desconocida acechan y confunden. No hay manipulación más descarada a la vez que compleja de gestionar pues nuestra imaginación se encarga de hacer el resto del trabajo sucio. Cada uno conducirá el miedo hacia la materialización de aquello que más pavor le provoque y, señores, inexorables son los recursos al servicio de la creatividad. Uno debe saber desprenderse y aislarse de esta manipulación lo cual conlleva un retroceso en el proceso de socialización. Debemos llegar al punto cero en el que uno debe poder asegurarse de que lo que puede afirmar proviene realmente de su interior y no le ha sido suministrado por fuentes ajenas a su voluntad.
Es difícil pero no imposible aunque se deba tener en cuenta que las fuerzas externas seguirán intentando doblegar nuestra firme voluntad de hallar, por medio de la razón, nuestro propio camino. De otro modo sólo contribuiremos al teatro mundial que, en el fondo, nadie llega a creer realmente pues en las puertas de la muerte uno tiene que discernir entre lo que ha sido realidad y por lo tanto importante de lo que ha sido ficción y por lo tanto trivialidad prescindible.
Los elementos que mayor impacto han tenido sobre nosotroas han sido sin lugar a dudas este viaje al pasado tan presente a día de hoy en otras partes del mundo. Existe, existen estas realidades que parecen sacadas de un epicentro de ciencia ficción. Se sigue mutilando a niños en nombre de Dios, se sigue maltratando, discriminando, violentando y hasta matando en nombre de un ser todopoderoso del que no tenemos indicio alguno de presencia. Parece una confabulación generalizada de enajenación voluntaria para distraer nuestras mentes de un designio mucho mayor que rendir homenaje al propio creador del cielo y de la tierra: sufrir el dolor, el miedo y la nausea del despertar de la conciencia al enfrentarse al vacío existencial que nos desprovee de sentido como raza humana.