Imprimir esta página
Jueves, 05 Noviembre 2020 19:42

Crítica de la serie AMOR Y ANARQUÍA Netflix: Para echar a correr.

Escrito por  Publicado en Críticas Series 2023-2024

 Servicio EXCLUSIVO Reviews Series TODAS las plataformas y cadenas de TV en EL MOMENTO DEL ESTRENO. 

Sofie (Ida Engvoll), es una consultora de mediana edad, casada, madre de dos hijos y adicta al porno. Como proyecto recibe el encargo de modernizar una editorial de libros antigua y bien establecida. Es entonces cuando conoce al joven técnico informático Max (Björn Mosten) y comienza un intercambio inesperado entre ambos.

En secreto, Sofie y Max se desafían mutuamente en un juego que les lleva a realizar acciones que cuestionan las normas sociales. Comienza inocentemente, pero a medida que la confianza se establece, el juego se vuelve más atrevido y sus imprevistas consecuencias aumentan su calibre y envergadura.

crítica de la serie amor y anarquía - cec series

Escrita por la aclamada guionista y directora Lisa Langseth (Euphoria, Hotel, Pure) con Ida Engvoll (The Restaurant, Bron Broen) encabezando el reparto, muestra que no todo lo que brilla es oro. En este caso deslumbra el brillo de la carencia de gracia, estética e interés.

La serie parte del punto en que, según nuestra lectura, Sofie es una cuarentona aburrida de su vida. Su marido (Johannes Kuhnke) es un bonachón pero a la vez se ha acomodado en la vida. Ella por su parte tampoco ha hecho nada para reavivar la relación por lo que las quejas no sirven de nada, ni el uno ni la otra han trabajado para mantener una unión a nivel de amantes.

Como resultado se genera una polarización de los miembros de la pareja. Cada uno a su rollo y el terreno compartido es única y exclusivamente el familiar y el de fiestas sociales. 

El hashtag #Mimujertrofeo es para ponerse a mear y no echar gota, pero a Sofie no parece molestarle que su marido la etiquete como tal.

La situación que se fuerza entre el informático y la consultora es infantil, ridícula y de vergüenza ajena. El bochorno que sentimos es inenarrable. Al más puro estilo Netflix, llega esta chapuza hecha en línea de montaje: 8 capichurros de una primera temporada que nos sorprendería mucho que renovasen debido a su nacionalidad y su falta de credibilidad.

Por no cuidar los detalles, ni el maquillaje está logrado. Las paliduchas caras están manchadas de placas enrojecidas y granos que confieren un resultado heterogéneo y purulento.

Un desastre de la A a la Z.