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El argumento gira en torno a la historia a Ava (Alba Baptista), una chica de 19 años tetrapléjica que sueña con despertarse un día siendo normal. Está postrada en una cama en un orfelinato de andalucía.
Un día se despierta en una morgue con una marca en la espalda, descubre que puede caminar y ver extrañas formas materializarse en monstruos.
Ava escapa, la vida le ha regalado una segunda oportunidad para descubrir el mundo. Por el camino encuentra a JC (Emilio Sakraya) y a su banda de amigos formados por una travesti llamada Chanel (May Simón Lifschitz) con un exquisito gusto para la moda, Randall (Dimitri Abold) y a la desconfiada Zori.
La propietaria de la industria Equitech, Jillian Salvius (Thekla Reuten) se ha hecho con las reliquias de un angel hechas de Divinium, un metal precioso celestial, propiedad de la Iglesia y gracias al cual ha fabricado un portal que sólo puede activarse durante un minuto.
Ava descubre que ha pasado a formar parte de una antigua orden, la Orden de la Espada Cruciforme, encargada de luchar contra el Mal y los demonios en la Tierra, siendo ella la única que los puede percibir gracias al halo implantado en su espalda.
Junto a las hermanas Mary (Toya Turner), Lilith (Lorena Andrea) y a las órdenes de la Madre Superiora (Sylvia de Fanti) tendrán la misión de encontrar la fuente de una poderosa fuerza que aúna el Bien y el Mal pero cuya dirección debe decidirla su poseedor. Así, para sembrar la dicha tendrán que encontrarla y controlarla.
CRÍTICA DE LA SERIE LA MONJA guerrera - cec series
Prometía poco y ha cumplido con su palabra. Quien avisa no es traidor. Hemos pasado del ecuador de la serie y aún así no dejamos de echarnos las manos a la cabeza. Una primera y deplorable temporada en la que la niñata Ava huye de la orden de las monjas dándole éstas caza en una persecución sin tregua. Los demonios, la malvada Jillian y las monjas persiguen a Ava y Ava persigue a JC porque "quiere vivir".
Muy bonito ¿Y qué más? Por supuesto nos hacen partícipes de las enemistades y pequeñas trifulcas personales dentro de cada bando hasta que alguno es ensartado cual pinchito moruno. Entonces todos son buenas palabras para aquellos que murieron.
La pequeña Ava es una calcomanía de Ellen Page sin su desparpajo ni su talento, que tiene la misma expresividad que una caja de cartón. Los niños "ocupas" que van de "free style" por la vida son cansinos y no aportan nada al argumento. Las monjas guerreras se asemejan a las brujas de "Motherland Fort Salem" que después de habernos empapuzado toda la primera temporada se nos han quedado los ojos como platos: una exhortación continua a la fornicación constante y en cualquier lugar. Una vuelta a los orígenes primitivos y pasionales que, como los animales, se mueven a golpe de hormona.
Pero ¿Esto qué es? Un "women power" fascista y totalitario donde subyace el ablandamiento corporal a la vista de un macho alfa. Si es este el modelo, ausente de respeto por uno mismo, que estamos enseñando a nuestras juventudes, ya nos podemos ir a presenciar el fin del mundo.
Pero "La monja Guerrera" no es una mona de Salem, no. Las monjas tienen principios, los beatos, que tampoco son los que apoyamos. La fidelidad a un hombre, nuestro Dios, único y todo poderoso señor...
Eeeeeeh.. va a ser que esta tampoco la vamos a recomendar por auténtica chorrada sobre raíles. De los cómics no hablamos, de la serie sí. Si no has leído el cómic, puedes seguir la serie. De hecho, la producción la puede seguir hasta un invertebrado.
Con todo lo que hay que ver, mejor ocupar el tiempo con cualquier otra cosa.
ATENCIÓN SERVICIO REVOLUCIONARIO, DE MÁXIMO ÉXITO
