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Miércoles, 11 Enero 2017 07:42

Zygmunt Bauman y "la modernidad líquida". Descansen en Paz.

Escrito por  Publicado en R.I.P. , Columna de Opinión de CEC

No sé lo que le pasa a nuestro cerebro, pero éste está cambiando. Sí, este gran ordenador que es nuestro cerebro y que portamos los humanos, ha cambiado mucho últimamente, digo en los últimos 200.000 años...

Sí, ya sé que hace 200.000 mil años aún no existían los humanos, pero sí la vida inteligente -o sea, los cerebros.
 
Hoy en día, científicos, sociólogos y demás se emplean a fondo en intentar definir qué está pasando actualmente en el mundo, desconcertados y dando palos de ciego más que otra cosa.
 
Nadie se atreve a dar, no ya un veredicto, sino peor aún: cualquier afirmación que se ajuste mínimamente a una realidad que actualmente se desconoce.
 
Un gran señor de pelo blanco alborotado, humeante pipa, fallecido a los 91 años de edad, ha estado cerca -muy cerca-, en dar con algún término que se ajuste a esta desconocida realidad que actualmente nos desborda: el gran pensador Zygmunt Bauman. Este sociólogo de origen polaco denunció con lucidez el individualismo y la desigualdad hasta el fin de sus días.

Zygmunt Bauman (b. 1925), Polish philosopher

Zygmunt Bauman (b. 1925), Polish philosopher (Photo credit: Wikipedia)

Este genial hombre, de la casi extinguida casta de los lúcidos pensadores, definió la sociedad actual con un concepto casi perfecto al que denominó "LA MODERNIDAD LIQUIDA".
 
Un concepto que, por definición, se entiende casi por sí sólo, y que auguraba la identidad flexible del individuo moderno (o mejor dicho, post-moderno) y, por extensión, la sociedad que éste crea junto al resto de individuos.
En realidad, la identidad del individuo siempre ha sido líquida, cambiante, nada estable... Eso todos lo sabemos, pero actualmente se ha disparado o, mejor dicho, el cerebro se ha disparado.
 
Este cambio viene, fundamentalmente, del enorme número de opciones que nos vienen desde todos lados, en referencia a todas las cosas que rodean al individuo. Opciones que, en parte, han venido de la mano de los nuevos y múltiples canales tecnológicos de comunicación.
Sin pretender entrar a debatir este rico concepto denominado modernidad liquida, lo que sí queremos reflejar es esta realidad en la que se ahogan y diluyen absolutamente todos los conceptos humanos que han existido, ya sean de tipo social, moral o de cualquier otra índole y que, almenos hasta hace poco, eran expuestos, meditados, reflexionados o simplemente cuestionados.
 
Temas tales como el amor, la familia, la moral, los valores, el bien, la felicidad, el ciudadano, la política, los derechos humanos, el individuo, la cultura, el sufrimiento y mil etc más...
 
Todo esto, sin más, metido en esa ''olla a presión que es el mundo actual, o "(post-moderno)'', cocinado al fuego rápido de miles de mega-bytes y super-ciencias, los hemos deshecho convirtiéndolos en una sopa. O, mejor dicho, un puré de una consistencia absolutamente líquida, voluble, viscosa y de indefinible sabor.
Pero queriendo ir mas allá realmente, y a mi modo de ver, es el cerebro humano, tan ductil como es, el que está cambiando profunda y velozmente, un cerebro que funciona cada vez más rápido, a una velocidad endiablada que no permite observar ya una cosa sola, y en el que la foto fija del mismo ya no es fija, sino enormemente veloz. Como si observáramos la realidad por la ventanilla de una nave espacial en la que el universo nos parece parado, fijo y lento, mientras el cohete realmente viaja a la velocidad de la luz.
Cerebros Líquidos - Los 7 amigos

Cerebros Líquidos - Los 7 amigos (Photo credit: infamecless)

Dicho esto, nos encontramos ante la siguiente dualidad:
 
¿Conseguirá este nuevo cerebro líquido crear nuevos estándares más ajustados a los nuevos tiempos?
 
...o...
 
¿realmente este cerebro líquido es la máxima expresión de la sustancia inestable del cambiante ser humano?De no ser realmente así, esta trituradora actual que es el cerebro líquido, estaría triturando y haciendo desaparecer lo poco sólido que el ser humano había conseguido entrever, como son muchos conceptos humanos válidos, propios o necesarios para la evolución misma del ser humano. En realidad, aún no lo sabemos ni lo podemos saber, sólo el futuro lo dirá...
 
¡Gracias eternas, Martin, por arrojar tanta luz al cerebro del futuro...!