Un día de furia (o "Falling down")
¿Se puede saber quién es el iluminado que traduce los títulos de las películas? Furiosa es cómo me pone semejante aberración que condiciona el visionado de una magnífica, excelente película, totalmente obligatoria.
No es que el personaje pase por un mal día, como deja presuponer el indignante título. El personaje de Michael Douglas, Bill, atraviesa una crisis que no es la de la mediana edad. No está loco, está hastiado de todas las mentiras que el sistema ha construído para engañar a la plebe y someterla a su voluntad y representación.
Quiero pensar que llega un día en la vida de todos en el que, finalmente, abrimos los ojos y nos damos cuenta de que todo cuanto nos han contado es una inmensa mentira. Que el modelo de ciudadano perfecto y exitoso no es más que un espejismo que desaparece cuando llegamos al inevitable punto muerto. Nunca nada sale como lo habíamos querido preveer y la felicidad no radica en el matrimonio, ni en los hijos ni siquiera en la obtención de un trabajo que goza de la buena reputación social.
Nada de todo eso es real y el mayor representante de ciudadano ejemplar es el mayor de los desgraciados cuando uno se mira con espíritu crítico, de puertas hacia dentro. Todo aquel que es respetado en sociedad es el que con mayor esclavitud lleva su vida. ¿Por qué sino está bien visto poseer? ¿Por qué está tan respetado ser el director de una multinacional? ¿Por qué el ejemplo a seguir es el de aquel que tiene família?Toda la historia que se nos narra, empieza un caluroso día de verano, dentro de un coche. Bill se halla en medio de un atasco y de repente siente asco por todo lo que le rodea. No se sabe hacia donde se dirije pero, a juzgar por el maletín, debe de ir a trabajar como la marea de coches que conforman el atasco. Y en este punto, desde el primer segundo de metraje, el director arremete despiadadamente contra todo elemento del sistema. Puede parecer obvio, la crítica puede dar la sensación de superficial, pero cuando nos tomamos la molestia de pensarla y darle vueltas a las situaciones que nos plantea, vemos que todo es inmensamente complejo. A simple vista, es lo que parece, a vista posterior los elementos activos y pasivos de las escenas son terriblemente criticados hasta el punto en que nada ni nadie es congruente y todo es totalmente absurdo y pueril.
El personaje se enfrenta personalmente con el sistema y, a medida que van pasando los minutos uno va viendo que todo es una guerra perdida. El que se ensaña de este modo con los elementos que recrean la sociedad del "bienestar" es tomado por demente e insano, como una amenaza. Y en cierto modo lo es, es una amenaza porque si todo el mundo llegara a la misma conclusión y los mecanismos de control social como el "¿qué dirán?", el "está loco" o el "no es normal" no fueran tan eficaces, si los habitantes del planeta no tuvieran tanto miedo de... (de qué coño tenemos miedo?) perder algo que pensamos que nos pertenece y para lo que nos hemos inventado los magníficos "derechos del hombre" que dicen que cualquiera tiene derecho a la mejor de las vidas, nadie dejaría pasar ni la mitad de lo que dejamos pasar en nuestra vida cotidiana.
Hay una escena que se lleva a cabo en una tienda de artículos militares regentada por un fanático de Hitler. En dicha tienda se ve una pareja homosexual mirando la ropa y comentando lo bien que pueden quedar unos pantalones o una camiseta o qué sé yo... Y de repente sale el nazi y empieza a llamarlos maricones y suelta una retahíla de palabrotas e insultos. El espectador puede llegar a sentirse ofendido por la manera tan intolerante de tratar a los chicos que tienen pleno derecho a ser lo que son, lo cual lleva a posicionarnos en primera instancia en defensa de los mismos al espectador, pero inmediatamente uno se pregunta ¿qué hacen dos homosexuales en una tienda de ropa militar cuando en realidad los militares son lo más antitolerantes en cuestión de preferencias sexuales? ¿Cómo es posible que el activismo en favor de los gays se pierda en algo tan superfluo como la moda? Tanto el nazi como los "maricones" dan una patética visión del colectivo al que representan. Ambos guiados por el fanatismo y la falta de auto-crítica que estar en un "grupo" social conlleva, el seguir unos preceptos que no se han establecido individualmente, sino que son aceptados por los seguidores sin pensar realmente en ellos y posicionarse a favor de los mismos o en contra. Asistimos a la fagocitación de las mentes individuales en pos de un colectivismo que nos anula.
Otra de las escenas de campeonato es cuando el personaje, armado hasta los dientes (ojo que esta no es una película Hollywood al uso, sino más bien todo lo contrario), se dirige a la escena inicial de la película, al atasco de coches que se origina por culpa de unas obras que se están efectuando en la autopista y le pregunta al obrero que está "vigilando" que nadie se caiga en el agujero del suelo, el por qué de esas obras. Y el obrero le suelta una gilipollez. De repente Michael Douglas le apunta con un bazoca y le dice que diga la verdad, que las obras en realidad son para justificar los presupuestos que reciben del estado. JA J AJA JA... es desternillante. Y cuando quiere armar el bazoca para disparar y se le acerca un niño y le explica exactamente lo que tiene que hacer para lograr disparar con ese arma. ¿Cómo es posible que un inofensivo niño, no considerado peligroso sino inocente, sepa cómo armar un bazoca? ¿Cómo es posible que las películas de acción muestren esas cosas y luego se censuren las palabrotas o las escenas de sexo? ¿Acaso no todo el mundo sabe lo que es el sexo? ¿Acaso hay alguien sobre la faz de la tierra que muera virgen (y no me digáis que las monjas y los obispos porque es ya no me lo creo)? Es una escena dotada de una sutilidad excepcional.
La presencia de otro personaje en la película, el polícia que persigue a Douglas, también tiene miga pues representa a esa parte de la sociedad que se ha dado cuenta de que la vida es una gran mentira, pero que a la vez no ha tenido nunca el valor de plantarse y gritar "a la mierda con todo". Forma parte de la proporción que vive esclavizada y maltratada por su entorno.
Y es que en esta estupenda película nada es prescindible y le da la sensación a uno que todo está cuidado al mínimo detalle y nada está allí porque sí. Todo tiene su propósito y a todo hay que darle la vuelta. Es realmente de lo mejor que he visto últimamente y quiero recomendarla absolutamente a todo el mundo.