A Argento se le apoya, con sus virtudes y sus defectos
Por su INTEGRIDAD
Porque le tenemos un CARIÑO
Porque hemos CRECIDO con su CINE
Porque tenemos la ESPERANZA de que los más jóvenes puedan descubrir alguno de sus títulos míticos, como SUSPIRIA
Hay directores que todo el mundo conoce, y da igual que el género en el que suelan moverse sea tu género favorito.
Muchos, ya fallecidos: Hitchcock, Ford, Godard… Otros, más contemporáneos: Nolan, Spielberg, Scott…
De estos últimos, de los que siguen dando guerra hoy en día, hay un nombre que brilla por encima de todos dentro del género fantástico: Dario Argento. A sus ochenta años, tras una carrera con títulos míticos como por ejemplo “Suspiria”, y tras unos años de parón, vuelve con “Occhiali Neri”.
El cine de Argento sigue siendo el cine de Argento. Y eso, al espectador, le produce una sensación agridulce. Los que ya conocen su filmografía, aplauden que no se “adapte” a los nuevos tiempos: que siga apostando por el giallo, con todo lo que eso implica. Hay que ser conscientes de que ese tipo de cine está viviendo lo mismo que le sucedió al western anteriormente. Que su tiempo ha pasado, que ya no tiene un público potencial. Y podemos entender que, a un joven de 20 años, le pueda parecer desfasada la fórmula de muertes con arma blanca, sintetizadores, argumento poco elaborado, tetas gratuitas…
Pero si un filme como este sirve para que ese joven rebusque en la filmografía anterior del maestro, pues perfecto. Descubrirá obras maestras y pensará “Ostia, pues este tío los tiene cuadrados, por no “venderse”.
Y es que 'Occhiali Neri' es una película reciente con aroma a más de 30 años. Y se disfruta mucho. Es como ver la primera de “Halloween” o la primera de “Viernes 13”: notas que es un cine que ya no se lleva, pero lo aplaudes.
¿Quién quiere guiones complejos con metáforas y todo eso? El cine de terror es eso: terror. Y... ¿qué hay más terrorífico que una noche oscura, un extraño acosando, un cuchillo brillando que se acerca?…
Argento tiene una identidad tan fuerte, que traicionarse habría sido una puñalada al corazón de los que amamos su cine. Y se le apoya, con sus virtudes y con sus defectos. Porque se le tiene un cariño. Por haber crecido con su cine. Por tener la esperanza de que otros crezcan descubriéndolo.