'Qué fue de Brad', de Mike White, es un drama con tintes de comedia en el que muchos hombres de más de 40 años se pueden ver identificados.
Brad (Ben Stiller) lo tiene todo en la vida: una mujer maravillosa, (Melanie, Jenna Fischer), un hijo encantador y muy buen estudiante (Troy, Austin Abrams), un buen puesto de trabajo... y buena salud. Pero parece no importarle tanto su mundo como el de los demás: concretamente, las vidas de sus antiguos amigos de universidad. En ellos ve todos los éxitos posibles y ninguna derrota, mientras que en su propia vida sólo es capaz de sentir frustración.
Con este argumento, White solicita nuestra atención: sobre todo, que escuchemos, pues la mayoría del metraje está narrado por una voz en off (la del protagonista Brad, Ben Stiller), que va relatando a los espectadores cuán desgraciado se siente, y lo afortunados que son sus colegas.
Un drama no exento de sátira que se sustenta en un magnífico guion que firma el propio director y que, durante el viaje que el protagonista realiza con su hijo en busca de la universidad donde el joven estudiará al año siguiente, se sentirá perseguido por todos los fantasmas de los que se ha rodeado. Como si de un extraño aquelarre se tratara, le obligarán a enfrentarse a sus dudas, miedos y defectos humanos: la envidia, la codicia, el deseo de triunfo, las frustraciones, la ofuscación… No hay salida: tendrá que mantener un cara a cara con todos y cada uno de ellos.
Los fantasmas, recuerdos o pensamientos que normalmente surgen en la mente de cualquier persona llegando a los 40, y la visión se deriva de ellos, que no siempre es la acertada. La llamada "crisis de los 40": ese momento en que se echa la mirada atrás en vez de seguir hacia adelante.
Los sentimientos y las emociones están a flor de piel durante las casi dos horas que dura la proyección. Ben Stiller desnuda su interior para vestir la piel y el alma de Brad, a quien encarna con absoluta credibilidad. Me atrevería a decir que podemos estar ante la mejor interpretación de su vida: la película gira en torno a su personaje y él lo defiende con uñas y dientes, logrando que el espectador se sienta identificado, viéndolo como alguien muy cercano en cada una de sus miradas, gestos y silencios.
Un drama que se hace más ligero gracias a esos toques de humor fino que el director sabe imprimirle, para suavizar la tensión y disfrutar también de la presencia -aunque algo esporádica- de Jenna Fischer. Austin Abrams, que da vida al hijo de Brad, se convierte en otra presencia agradable de esta sátira que apunta hacia todo aquello a lo que damos demasiado valor en la vida y que, en realidad, no necesitamos. A todo lo que no nos hace verdaderamente felices. Pero el ser humano es así, y así queda retratado en este buen filme.
Si una pega se le puede poner a la película es que en algunos momentos se hace lenta, sobre todo hacia la mitad de la cinta, cuando parece decaer. Pero solo será un leve tramo, pues la historia consigue remontar y elevarse hasta llegar a un justo final. Y lo que más valoro de este filme, es su sinceridad aplastante, sus directas reflexiones, la honestidad y lo sutilmente conmovedora que resulta.
Recomendable para quienes echan la vista atrás y quieran reflexionar con más claridad.
- Mi nota es: 8 / 10
- YA EN CINES.
- REPARTO: Ben Stiller, Austin Abrams, Jenna Fischer, Luke Wilson, Jemaine Clement, Michael Sheen, Erin Agostino, Denisa Juhos, Pamela Figueiredo, Bruce Dawson, Nathaly Thibault, Shazi Raja, Larry Eudene, Meghan Gabruch, Richard Jutras, Dawn Ford.
- PRODUCTORA: Amazon Studios/ Montreal Casting/ Plan B Entertainment/ Sidney Kimmel Entertainment
- DISTRIBUIDORA en ESPAÑA: Vértice Cine.
