¡RECOMENDADA!
Crisis existenciales, paletos, muertes absurdas… ¡Queremos más películas como “Blackout”!
Con Homenaje al GRAN William Hurt (Fuego en el cuerpo) por parte de su hijo, el protagonista
Culturaencadena.com, medio de comunicación invitado al Festival de Sitges 2023
¿Os acordáis de Michael J. Fox haciendo de hombre lobo en “Teen Wolf”? ¿Y de Benicio del Toro sacando también las zarpas? El primero protagonizando una de las mejores comedias de los ochenta. El segundo... bueno, dejémoslo…
Pues el Festival de Sitges 2023 nos trae otro hombre lobo. El que interpreta Alex Hurt -hijo del gran William Hurt- en “Blackout”. Lo de que es el hijo permite, en cierto momento de la película, una especie de homenaje encubierto que los fans del protagonista de “Fuego en el cuerpo” agradecerán y valoraran.
Pero quitando ese momento y centrándonos en todo lo demás, uno piensa que “Blackout” se merece un respeto. Salí de la sala escuchando comentarios negativos: a los presentes no les había gustado.
Bueno, pues como para gustos colores, a mi sí me ha gustado. Estamos ante una propuesta con hombre lobo fuera de lo que estamos habituados a ver. Es verdad que zampa, pero eso no es lo importante. Es cierto que hay transformaciones a la luz de la Luna, pero eso tampoco es lo importante...
Lo importante es asistir a la crisis que sufre el protagonista. Incapaz de entender por qué el destino le ha otorgado esa “putada”. Porque es una putada que, para empezar, le afecta a nivel sentimental. Aunque, eso sí, su defensa ante los ejercicios de racismo de cierto personaje y el desencanto ante ciertos comportamientos que había tenido su padre, parecen ser todavía más causantes de su dolor.
Es decir, tenemos un hombre lobo que quiere justicia, ponerle fin a lo suyo... pero irse con los deberes hechos. Que la gente del pueblo no pierda la cordura. Que la gente del pueblo... madre mía la gente del pueblo… Menudo retrato de “paletos” que ha creado el director Larry Fessenden. Con decisiones absurdas y resultados todavía más absurdos.
Todo lo citado hace que, al final, lo de aullar y zampar nos importe un bledo. O casi. Aunque las imágenes de esos procesos nos arranquen una sonrisa. Porque, o bien el presupuesto no daba para mucho, o había ganas de recordar el cutre cine.
En fin: crisis existenciales, paletos, muertes absurdas… Denme más películas como “Blackout”...