François Truffaut (Photo credit: Wikipedia)
Este filme puede parecerles, a algunos, cómico o anecdótico, al tratar sobre el típico hombre al que le vuelven loco las faldas. Pero, si para variar enchufamos un poco el cerebro y no nos basamos en la evasión y el entretenimiento como forma de vida, y por otro lado, nos dejamos de pedanterías y no consideramos buen cine sólo a aquél que no se entiende o resulta abstracto a los cinéfilos de mentes brillantinas, descubriremos que este es un estudio en profundidad de aquello que los hombres rehuyen y, a la vez, de lo que les atrae. Asimismo, nos daremos cuenta de que estos son los temas que mueven el mundo, al igual que lo movía hace lustros.
Y de nuevo, viceversa, qué atrae realmente a las mujeres, por qué aparecen como seres endebles y necios, cúales son sus carencias vitales, qué es lo que quieren oír, etc. Podríamos ponernos en el punto de mira del director y hacer autocrítica de nosotros mismos en ciertas de las circunstancias descritas. Porque lo que está rodado en esta deliciosa película es, al fin y al cabo, el centro de gravedad de las personas desde tiempos pretéritos, plusquamperfectos, y sobretodo, imperfectos.
La película nos deja muy claro que no hace falta ser especialmente atractivo o un fuera de serie para hacerse con muchas conquistas sino que hay que SABER poner el dedo en la llaga. Asi funcionamos.
Este filme, considerado tan cómico por algunos, es un estudio completísimo y trabajadísimo que reflleja el patetismo humano y todo lo que están dispuestos a decir y a hacer, por sexo los unos, por afectividad las otras.
Dos maneras distintas de funcionar, hombres y mujeres. Ellas siempre a la búsqueda de un "futurible", ellos siempre al acecho de unas buenas piernas, por no decir de otra cosa, no sea que lo leáis en el violado horario infantil.
Pero en el fondo... todos, y absolutamente todos, sumamente necesitados de algo más, todos marcados por un pasado, todos con unos traumas que configuran su actual persona. Individuos dibujados, con el tiempo y el carbón de las vivencias. El retrato no es del hombre francés, para aquellos que puedan pensar o quieran creer que nosotros somos superiores, sino que este es cine francés existencialista y universal.
Google*François TRUFFAUT (Photo credit: COG LOG LAB.)
De verdad que es una exquisita obra, insistimos, una pieza de museo, un estudio sobre ellos y sobre ellas al que se le habría de prestar atención para no incurrir más en esos errores que nos acaban doliendo y dibujando todavía más. Lo sentimos si nos hacemos pesados, pero más pelmazos se hacen otros con tanta tontería, superficialidad y constantes deseos de evasión. Puesto a ser plomizos, hagámoslo por algo que valga la pena.
Ahí queda: para los interesados en un estudio sobre la humanidad entera desde el principio de los tiempos. El resto, puede seguir bebiendo cerveza y tomando el sol, cultivar sus apariencias y salir de caza por la noche. Lo único que harán es buscar, sin saber exactamente qué, lo que sabiamente se explicaba ya hace más de 30 años en menos de dos horas de sublime metraje. Los que busquen lo verdadero en el cine, deben tener en cuenta que ya hace mucho que está rodado.