“La Haine”, el título original de esta película, resume en una sóla palabra sobre que va en realidad el film: el odio, un odio surgido de la impotencia, de la marginación, de la desigualdad, de la injusticia que viven grupos y clases sociales, día a día.
por K.A.O.
Nos situamos en un barrio a las afueras de Paris. Son los 90 (la película se estrenó en 1994).Las primeras escenas de la película son una imágenes reales que muestran manifestaciones y peleas entre jóvenes y policías (a ritmo de reggae) La temática ya está planteada. A partir de ahí, la historia nos la cuentan de la mano de 3 jóvenes radicales: un francés, un árabe y un negro. Tres amigos que, como la mayoría de los jóvenes de su barrio, odian el sistema, delinquen y luchan contra la opresión. Son también 3 personalidades diferentes: mientras el negro es el que pone más cabeza a sus acciones, sabiendo lo que es “pasarse de la raya”y lo que son acciones justificables, el francés es todo nervio, y lo único que quiere es pelea y cargarse a los “putos polis”. El problema estalla cuando un joven radical resulta herido de gravedad a consecuencia de una pelea contra el sistema: ahí se desata la ira y los radicales se vuelven más extremistas creciendo la tensión entre polis y radicales, y con ella, los problemas.
La película nos enseña una realidad preocupante, todavía existente, especialmente en Francia. El hecho de crear tres protagonistas, cada uno de ellos de una nacionalidad diferente, es un recurso del director para decirnos que no es un problema que envuelve sólo a los inmigrantes, sino que los mismos franceses también lo sufren. Además, acierta introduciendo breves historias para que reflexionemos sobre la situación actual en que se encuentra la sociedad (ejemplo del hombre que se cae de un rascacielos, y mientras va bajando se dice a sí mismo “hasta ahora todo va bien” o la historia del hombre del baño, sobre su amigo que no quería cagar cuando alguien le miraba /¿?/) o frases como “lo que importa no es la bajada, sino el aterrizaje” o “el odio genera odio”.
Destacar, hablando cinematográficamente, el gran trabajo del directo Mathieu Kassovitz (director de “Gothika” o “Los ríos de color púrpura”). Se trata de su primer largometraje y vaya estrenazo : hay planos y secuencias dignos de encuadre. Está rodada en blanco y negro, y en ningún momento se echa en falta el color. Personalmente, me gustan unas tomas de larga duración, con cámaras móviles que siguen a los protagonistas, un poco al estilo Kubrick; planos que requieren una coordinación de cámaras/actores muy complicada. También los planos que hacen 360º (la primera vez que entramos en la habitación del francés) o los cambios de velocidad de las cámaras. Una puesta en escena muy atractiva que dignifica a su director.
Y en cuanto a la historia, es posiblemente el apartado más flojo de la película en general. Consigue retratar una situación social, y denunciarla acertadamente, pero la historia que utiliza para hacer esta denuncia puede resultar a veces algo forzada, especialmente el final de la película. De todas formas, que sea lo más flojo del film no significa que sea malo, pues el nivel general de esta película es elevadísimo.
Así pues, una visión muy recomendable. Os hará reír, disfrutaréis seguro y puede que incluso os conciencie sobre una situación que se lleva repitiendo ya demasiados años.