De nuevo una joya que jamás llegará al gran público pese a su calidad indiscutible. Una historia que respira aires de "Fucking Amal" de otra manera, menos tierna, menos focalizada en el sentimiento amoroso sino más agonizante y desesperada. Igualmente dolorosa...
La gran virtud de esta película es, a mi parecer, que nos redirige a esa época de crisis de identidad personal. Creo que es imposible no verse reflejado en ninguno de los personajes que en la película aparecen porque dicho film recoge la esencia misma de la adolescencia.El estar explorando el mundo y entrando en la sociedad es propio de dicha edad y precisamente sin ir de la mano de papa y mama porque, si por algo se caracteriza el adolescente, es por la sensación de auto- suficiencia.
Vemos cómo se reproduce un micro mundo en el equipo de natación sincronizada, un mundo duro en el que hay que trabajar y en el que ser bien considerado no depende de lo mucho que uno trabaje sino de la suerte que te haya tocado en la lotería del azar.
Un micro mundo tan duro como el real pues se basa en las normas del grande para confeccionar las suyas propias. Así también se crea la metáfora del mundo de la adolescencia. Un mundo que parece tener un jerga propia y, sin embargo, se rige por la regla del mundo de los adultos, el que todos conocemos. Todo se disfraza pero ahí está deformado, maquillado con palabrería desfigurada. La adolescencia es tan sólo la antesala de la vida, es el equipo de entrenamiento para salir al mundo de los adultos.
Cuanto más la analizo más lúcida me parece.
Es una obra amplia pues no sólo queda anclada en la mera observación de un mundo pasado sino que muestra cómo los personajes sienten. Muestra los clichés válidos también para el mundo en el que nos movemos todos sin importar el país donde nos hallemos ni la edad ni la raza de la que provengamos.
Muestra el dolor del desamor. La desgracia de ser diferente o de sentir diferente. Muestra la dureza de la autonegación de la identidad para lograr encajar en un mundo demasiado enfermo para aceptar la diferencia. La diferencia duele y exalta la vida. Es en la adolescencia e incluso antes, donde la esencia del ser humano, la esencia verdadera, se echa a perder. Es donde el control social hace su mayor efecto y donde nos despersonalizan. Es también ahí donde empiezan a surgir las dobles vidas, las dobles morales. Todo a causa del sentir, del amor, de la pasión. Todo a causa de las mismas dobles morales que se han instalado ya en nuestro bien conocido tablón de juego: la sociedad.
Muy recomendable, desde luego.