Maleso lleva un par de años buscándose a sí mismo, como se hacía en las películas de antes: tras un sg. en 2010 dedicada a la reina del porno gótico hispano (“A mí la que me gusta es Lina Romay”), a principios de este año publicó un Lp. de country-blues (“Sabor Campestre…”) y este verano copó la atención de los medios deportivos con un pseudo-himno futbolero a ritmo de jazz (“Brindo por Messi”). Todo bastante alejado de su habitual enfoque pop-de-toda-la-vida.
No sabemos si su último larga duración “60 Bolígrafos” es la estación término de este camino o sólo un apeadero donde repostar y salir dios sabe hacia dónde. Mientras que rellena la vagoneta de carbón, podemos escuchar lo que nos trae: autopop introspectivo (“Si hoy fuera sábado”), nostalgias del 66 (“Maldito tren”), pop rock a la sevillana (“Pablo Velocidad”), disco-pop ¿bailable? (“Tu espejo”).
No es todo: también podemos encontrar country-folk (“El fantasma del tardón”, “Canción protesta nº 625”, “Zumo”), pop luminoso (“Querido Corazón”, “El encanto natural”, “Amarillo es el color..”), odas a la vida familiar (“Ya no somos dos”, “Bienvenido a nuestro mundo”), amén de las ya conocidas y de dudosa clasificación “Brindo por Messi” y “Fregar los platos”.
La letra sigue siendo el alma de cada canción, que ha sido revestida o desnudada con arreglos precisos e individualizados, guiados por un péndulo que oscila entre lo acústico y lo eléctrico.
La portada en sí es una obra maestra, basada en un cuadro del pintor sevillano afincado en Oviedo Miguel Watio. (miguelwatio.blogspot.com).
Aprovechen la parada y estiren las piernas, que el tren se marchará en breve.