Moonrise Kingdom es una mágica fábula que pone de manifiesto la verdadera crisis emocional que sufrimos las personas. Una fantasiosa película, ambientada en los 60, que consigue ponernos en dudas sobre nuestras ideas de la madurez y el amor.
Plasma perfectamente la nula educación emocional, ese abandono a los que pasan esa difícil etapa que es la infancia, con unos referentes parentales de lo más monótono. Unos protagonistas que saben lo que no quieren, forjando una personalidad madura y autosufiente, a pesar de su edad y su entorno.
En "Moonrise Kingdom" prevalece la infancia y el amor, como sencillas y naturales bondades del mundo en el que vivimos. Y nos invita a aprender de la simpleza de estos sentimientos, y también, de lo confundidos que estamos todos.
Es una película divertida, agradable de ver, que te deja un buen sabor de boca y una experiencia musical, fotográfica y de montaje espectacular, ni siquiera hay que perderse los finales títulos de crédito.
Moonrise Kingdom (Photo credit: spaceabstract)
El film de Wes Anderson, se podría adaptar a nuestros tiempos, ya que vivimos en un mundo absurdo con normas absurdas, a las que nos obligan a adaptarnos a pesar de no poder adaptarnos, de fracasar contínuamente, de decepcionar a los que nos rodean y dicen querernos. Personas encadenadas a una rutina que les hace daño, que no es para ellas, que vemos que no lo es y, sin embargo, hacen lo posible por seguir en ella y lo peor de todo, desear que nosotros tambien entremos.
Una vez sales de la sala y reflexionas sobre la película, piensas que habría que que comportarse como un niño de 12 años enamorado, ignorar la que se avecina, y hacerse al mar aunque venga una tormenta. Y aún así no será todo maravilloso, ni perfecto. Pero, al menos, hoy será real y, mañana... Bueno, mañana será un recuerdo.
Moonrise Kingdom es una pequeña obra maestra para quien quiera soñar y escapar de la realidad, al menos durante 94 minutos...