La bandera arcoíris desfila en junio con Orgullo en pos de la diversidad y la tolerancia, una lucha por la igualdad de derechos que también ha hecho suya el séptimo arte a través de metrajes que han contribuido a naturalizar otras opciones sexuales y de género.
El cine español experimentó igualmente un despertar LGTBIQ+ que ha ayudado a dar visibilidad al colectivo. Así lo demuestra la colección que FlixOlé estrenará el próximo viernes, 17 de junio, y que recorre los avances que ha experimentado la gran pantalla de nuestro país en lo referente a esta temática.
Compuesto por más de 40 títulos, el especial reúne las principales películas LGTBIQ+ de la escena nacional, e incluye dos estrenos en la plataforma: Eloïse (Jesús Garay, 2009), drama que aborda el lesbianismo en un entorno familiar opresivo; y Algo amargo en la boca (1969), morboso largometraje para la época donde religión y tradición se enfrentan con el deseo.
El autor de esta segunda, Eloy de la Iglesia, introdujo personajes homosexuales en buena parte de su filmografía. Primero con disimulo para sortear a la censura en la etapa franquista, aunque ello no evitó que La semana del asesino (1972) sufriese varios cortes; y después sin complejos, siendo el primer realizador en mostrar abiertamente una pareja gay en el cine español de la Transición con la película Los placeres ocultos (1977).
Evolución del cine LGTBIQ+, altavoz de los cambios sociales
Pero De la Iglesia no fue el primero en presentar a un personaje homosexual en salas durante la dictadura. Dicho hito recayó en Diferente (Luis Mª Delgado, 1962), película pionera en ámbito europeo al mostrar a una persona gay en el papel principal. Director e intérprete (Alfredo Alaria, también guionista de la obra) se sorprendieron de que la administración censora permitiese el estreno de este largometraje cuyo protagonista evidenciaba en varias escenas una clara inclinación hacia su mismo sexo.
A través de la colección LGTBIQ+ de FlixOlé se observa cómo la visibilización de gays y lesbianas en el cine español abandonó la clandestinidad con el paso de las décadas, surgiendo numerosos filmes que han representado al colectivo desde el drama: A un dios desconocido (Jaime Chávarri, 1977), La muerte de Mikel (Imanol Uribel, 1984), Extramuros (Miguel Picazo, 1985), Fresa y chocolate (Tomás Gutiérrez Alea y Juan Carlos Tabío, 1993), Segunda piel (Gerardo Vera, 1999), Krámpack (Cesc Gay, 2000) y Habitación en Roma (Julio Medem, 2010), entre otras; y también desde la comedia, plano donde es imprescindible mencionar a Pedro Almodóvar, quien ya en su ópera prima, Pepi, Luci, Bom y otras chicas del montón (1980) mostró personajes que disfrutaban de su sexualidad, sin necesidad de poner el foco en su orientación.
El estilo almodovariano inspiró otras obras humorísticas como Perdona bonita, pero Lucas me quería a mí (Félix Sabroso y Dunia Ayaso, 1997) o Almejas y mejillones (Marcos Carnevale, 2000). Luego vendrían más filmes cómicos que se alejarían de los manidos estereotipos, Cachorro (Miguel Albadalejo, 2004); o se reirían de ellos, Chuecatown (Juan Flahn, 2007).
Biopics y documentales alimentan también el glosario de títulos LGTBIQ+ del cine español e internacional: Las cosas del querer I y II (Jaime Chávarri, 1989 y 1995 respectivamente), No se lo digas a nadie (Francisco J. Lombardi, 1998), Antes que anochezca (Julian Schnabel, 2000), La partida (Antonio Hens, 2013) y Fuera de juego (Richard Zubelzu, 2017).
De la burla al compromiso
Las consignas sobre la transexualidad e intersexualidad también tuvieron su arco cronológico en el cine español. Empezando por la nominada al Oscar Mi querida señorita (Jaime de Armiñán, 1972), una de las joyas cinematográficas que, adelantada a su época, supuso la proyección de un cambio de identidad en el personaje interpretado por José Luis López Vázquez.
A menudo representado en tono burlesco, el colectivo LGTBIQ+ fue poco a poco ganando en dignidad fílmica con señalados proyectos como Vestida de azul. Este documental de Antonio Giménez Rico, estrenado el mismo año en el que se despenalizó la cirugía transexual (1983), se alejó del morbo para reflejar con gran humanidad las dificultades que tuvieron que atravesar Lorena, Renée, Nacha, Eva, Tamara y Jossete para convertirse en las mujeres que soñaban.
Junto a Vestida de azul, películas como La Margot. Serio de día, coqueta de noche (Enrique Belloch, 2017) y el cortometraje Julia (Miguel Ángel Olivares, 2020) han continuado con esa necesaria labor de visibilización del colectivo. Todos estos títulos, y muchos más, están disponibles en FlixOlé, en Smart TV, tabletas y teléfonos IOS y Android, Fire TV, Orange TV, ZapiTV, Amazon Prime Vídeo o a través del ordenador, además las películas se pueden descargar para verlas sin conexión a internet en cualquier dispositivo móvil.