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El acuerdo entre Canal+ y la HBO estadounidense sigue dando más y más frutos. En este caso, hablamos de un curioso documental sobre el origen de los realities, con una dura crítica acerca de la exposición y pérdida de la intimidad que estos provocan.
Ya sabéis que CEC se ha negado, desde su inicio, a hablar de estos fastidiosos programas, así como todos aquellos que traten de vísceras, corazón, morbos y demás intoxicaciones televisivas, y la única posibilidad de que ellos aparezcan es para hacer reflexión crítica sobre ellos o, como es el caso, recomendar productos que reflejen su efecto negativo en nuestra sociedad. No se trata de intentar cambiar el mundo, porque no vamos a hacerlo, se trata de tener unas líneas claras y no contribuir a la causa, por más visitas de menos que ello nos cueste.
El documental "Cinema Verité" habla sobre la creación de la tele realidad. En 1973, la cadena PBS de Estados Unidos hizo historia al emitir el primer `reality show` televisivo. El programa se llamaba "An American Family" y seguía la vida de un matrimonio, los Loud, en el periodo en el que los padres estaban divorciándose.
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La serie se convirtió en un éxito masivo, con más de diez millones de espectadores. Una producción pionera cuyo desarrollo se cuenta en "Cinema Verite", una película de HBO con guión de David Seltzer, veterano escritor conocido por su labor en películas como "La profecía" o "Resplandor en la oscuridad". Tim Robbins ("Cadena perpetua") y Diane Lane ("Noches de tormenta") interpretan al matrimonio Loud, mientras que Thomas Dekker (conocido por "Terminator: Las crónicas de Sarah Connor") da vida a Lance, el hijo gay de la pareja. Tras las cámaras, Robert Pulcini y Sarah Springer, los cuales, tal y como demostraron con su multipremiada "American Splendor", saben muy bien manejar la a menudo tenue barrera entre realidad y ficción.
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Aquí fue Gran Hermano, y lo que comenzó como una nueva forma de hacer televisión, interesante como concurso de convivencia, se ha convertido en el lanzamiento de las nuevas promesas para la televisión, pero... ¿Dónde queda la formación académica? Además, se presenta una juventud oportunista, más preocupada por la imagen exterior que por la formación intelectual o cultural. ¿Por qué no un Gran Hermano que la selección se haga bajo estas premisas? No tendría tanta audiencia, se busca gente que creen polémica, por lo que al final no se premia la convivencia, tolerancia, comprensión, raciocinio, etc... Sino lo contrario. ¿Qué imagen social da a los más jóvenes?