Algunos expertos han llegado a afirmar que internet y los móviles nos están volviendo más superficiales y desmemoriados. Hay quien incluso apunta que hablamos más deprisa y escuchamos mucho menos, por no hablar de los niveles de concentración, actualmente por los suelos. Para otros, en cambio, no es algo tan grave, y destacan las ventajas que las nuevas tecnologías nos están aportando.
Sea como fuere, estamos ante el reflejo del momento que estamos viviendo, y nos interesa a todos ser muy conscientes de ello. Como a nadie le gusta escuchar sermones, lo mejor es dejarse arrastrar por los artistas: ellos son, finalmente, los que nos hacen dar cuenta de las cosas que nos afectan e importan.
Porque lo que es seguro es que nadie puede obviar que, ante la era de las tecnologías y de la información en la que estamos inmersos, es tal la saturación de 'inputs' que recibimos que corremos el riesgo de deshumanizarnos, de olvidarnos de que no todo gira en torno a una pantalla, ni siquiera en torno a una red social. ¿O quizá sí?
Ernesto — que se auto-define como escultor — concibe sus obras para que puedan ser atravesadas, habitadas, sentidas e, incluso, olidas, lo que permite al espectador experimentar con su propio cuerpo, sus sentidos y su mente por medio de la obra de arte, en un juego de estímulos multisensoriales que le invitan a escapar de lo cotidiano.
Pero no satisfecho con ello, su insaciable sed de conocimiento le llevan a investigar los aspectos comunes de las relaciones humanas a través de esculturas que apelan a la sensualidad, la corporalidad y la reflexión. Por eso, en sus exposiciones el visitante interactúa con las demás personas del público y con el entorno, de manera que acaba inmerso en una fusión única e irreproducible entre escultura y arquitectura.
"Lo que tenemos en común es más importante que lo que nos hace diferentes. Me interesa discutir la situación de la humanidad, la temperatura de las cosas que vivimos. El tránsito de las cosas. El lenguaje"
De nuevo, el museo Museo Guggenheim de Bilbao nos ofrece una oportunidad única de visitarlo, y disfrutar del universo casi mágico de Ernesto Neto, en una retrospectiva única dedicada a la obra del artista, tan compleja como colosal, que difícilmente podremos volver a disfrutar en España.
Va en serio: no te la pierdas. Pocas veces habrás aprendido y sentido tanto, y de tantas formas diversas, como en esta ocasión. Tienes hasta el 18 de Mayo para visitar la obra. Más información en la página oficial: landing.guggenheim-bilbao.es/ernestoneto