- Coincidiendo con la semana de 'Halloween', los fans del terror están de suerte: vamos a vivir una 'Halloweek' en Cuatro
- La cadena emite, desde hoy martes 29 de octubre hasta el sábado 2 de noviembre a las 00.00 horas, la segunda temporada completa de la serie de terror de referencia en Estados Unidos.
- 'American Horror Story: Asylum' es la estrella de la programación especial, en un maratón muy discutible, puesto que tras tener que esperar un año para poder verla, parece que quieren cepillársela de golpe, con cinco noches consagradas a la mejor serie de terror de los últimos tiempos.
- Además, en 'Halloweek' también tendrá un ciclo de cine con películas del género, como 'Sleepy Hollow', 'Presencias Extrañas', 'Dark Water, 'Solomon Kane' o 'Lo que no se ve'.
A continuación, recuperamos nuestra opinión, valoración y recomendación de una segunda temporada durísima, ideal para un Halloween potente.
Si no la has visto, no te la pierdas y ¡cuidado!: el texto que viene contiene spoilers para los que aún no habéis podido verla.
Todo, absolutamente todo, excepto un “sin comentarios”, se merece esta excursión por el terror en un manicomio de Estados Unidos en los años sesenta, el Briarcliff.
Sin duda alguna, creo que ha sido una MAGNIFICA temporada que, además, ha sido un festival de demostraciones:
- Lo primero que nos demuestra esta segunda entrega es cómo en tan sólo trece episodios se puede desarrollar una historia completa con un argumento complejo y perfectamente cerrado ya que en American Horror Story, cada temporada es independiente de la anterior aunque mantenga a parte de los actores, y eso es algo que le da cierta continuidad y cercanía.
- La segunda gran demostración es sobre el elenco de actores: ya sabíamos que Jessica Lange es una gran actriz, que da a la serie categoría de extraordinaria, pero ahora también hemos podido confirmar que el resto de los actores, comenzando por Evan Peters, siguiendo por Zachary Quinto, y pasando por Lily Rabe o Joseph Fiennes no desmerecen en absoluto y son perfectos para sus personajes.
- La tercera es que se puede salir de argumentos trillados con éxito, con gran audiencia y haciendo las cosas muy bien.
La verdad es que lo he pasado muy mal con esta temporada de AHS. Ha sido muy dura y oscura. Electroshocks, lobotomías, experimentos humanos, exorcismos, posesiones demoniacas, psicópatas asesinos y abducciones extraterrestres es mucho para ser emitido en una sola serie. Y que encaje todo y nada sobre es más que sorprendente, porque en Asylum todas nuestras pesadillas, todo lo peor del ser humano se ha dado cita para atormentar al espectador.
Y lo ha hecho dividiendo en dos partes diferenciadas la temporada:
La primera mitad ha sido una auténtica tortura. Confieso que el desasosiego después de algunos capítulos ha sido más que manifiesto, está dedicada íntegramente a la vida en el psiquiátrico. Presenta los personajes y sus tremendas situaciones, inocentes inculpados e internados, el dominio absoluto del poder sobre la vida de los demás: poder religioso, psiquiátrico, científico y la ignorancia e intolerancia sobre unas personas donde sus vidas valen menos que nada.
Una estética “gore” que nos ofrecía sangre, mutilaciones, y seres experimentales continuamente, bombardeando la pantalla y participando del argumento.
Es la época del terror: exorcismos, castigos, y experimentos conductuales tales como querer curar el lesbianismo con técnicas similares a las vistas en la obra de culto de Stanley Kubrick, “La naranja mecánica”, por ejemplo.
En la segunda parte, vamos averiguando quien es quien y coincide con el momento en que la hermana Jude empieza a tomar conciencia de lo que realmente pasa en Briarcliff. Un desarrollo más dramático de los personajes nos acerca a la hasta ahora enrevesada trama.
Sabremos que Kit Walker no es el asesino cara sangrienta sino “un elegido”, que el Dr Arthur Arden es un médico nazi que experimenta con seres humanos hasta límites inimaginables y que el Monseñor Timothy Howard es capaz de renunciar a sus principios por hacer carrera en la Iglesia.
Todo esto envuelto en una muy creíble estética sesentera y con una iluminación muy cuidada.
Espectacular segundo acto de una de las mejores series del momento, no apta para todos los públicos, aunque si tuviera que recomendarla lo haría una y mil veces: merece la pena sufrir un poco, o incluso un mucho, por verla.