Está claro que los mismos creadores y productores se dieron cuenta del desperfecto. La quinta temporada empieza en un escenario diferente, los Ángeles, algo que ya se anuncia en el último capítulo de la cuarta, que fue cerrada decentemente. Este cambio de localización permite efectuar un "reset" en la trama, urgente por otra parte, y dar alas a los guionistas para poder tocar muchos y distintos temas.
La localización en las Vegas permite tocar el tema de los famosos más de cerca, puesto que es una de las ciudades donde más importa el físico. Esa línea argumental se nos da desde el primer capítulo. El hecho de tener que hacerse un nombre entre los cirujanos que ya tienen su reputación en esa misma ciudad, les da otra buena excusa para crear nuevas líneas argumentales. Asimismo, es un acierto el hecho de que, para conseguirlo, los doctores tengan que aparecer en una de las series en activo, que además trata el tema de la cirujía estética, puesto que la oportunidad no es desaprovechada para hablar del fenómeno de las series, buenas y malas, de la gente que trabaja en ellas, de cómo trabajan, y de las caóticas vidas de esos creadores que nosotros admiramos por sus productos.
También se tratan los temas derivados o suyacentes en el fenómeno de la fama, puesto que Sean se convierte en un actor famoso, las repercusiones que tiene entre ambos protagonistas el hecho de que uno de ellos sea muy conocido y el otro no tanto, y un largo etc...Así que sí, buena idea irse a empezar una nueva vida, un hecho que por sí mismo también da mucho juego.
Los personajes siguen siendo los mismos que ya conocimos, e incluso vuelven un poco a su punto de partida original, como es el caso del Dr. Troy. Pronto se suman otros habituales, como el de Julia, la mujer de Sean, que trae una sorpresa que prefiero no desvelar, y el hijo, personaje que me cae fatal personalmente, pero que siempre aporta movimiento al desarrollo de la serie. Todos andan, cómo no, muy perdidos...eso no cambia.
"¿Qué es lo que no le gusta de su cuerpo?" (Sean McNamara - Christian Troy)
"Nip Tuck" es una serie buena pero irregular, en la que todos sus personajes cometen muchos errores, siempre en busca de un cierto bienestar emocional. Está ambientada en el mundo de la cirujía estética, con todo lo que ello conlleva, y da un buen retrato de la época que estamos viviendo, a través de los distintos pacientes que acuden a consulta. Pero lo que realmente importa es el devenir de los personajes principales, dos amigos que tienen a una mujer e incluso un hijo en común, y de lo que hacen para sobrevivir en este mundo loco donde reina el caos, la apariencia, los egoísmos, el sexo fácil, etc... y en el que, en definitiva, los valores destacan por su ausencia.
La serie es atrevida y no hay tema que se le resista, por muy controvertido que sea, especialmente en cuestiones de sexo, y seguro que el mismísimo Marqués de Sade la seguiría con devoción. Este campo de acción se amplía a aquellos temas que aún hoy en día son tabú en nuestra sociedad de las dobles vidas, que vive secretamente paranoica, enloquecida y con la hipocresía o la apariencia como motores de todos los negocios, públicos o privados. La homosexualidad, por decirlo así, es uno de los temas más "light" para sus guionistas, y esta radicalidad hace que en muchos momentos de la serie, éstos pierdan el norte y puedan llegar, incluso, a crear situaciones ridículas. Quede claro que no hablo a nivel moral, pues hacen muy bien en ir más allá (la realidad siempre supera la ficción en este tipo de cosas), pero en su intento de sorprender y arriesgar, a veces la pifian estrepistosamente.Pero el riesgo es siempre admirable y es por ello que, tarde o temprano, le perdonas algunos grandes defectos. Además, una vez les hemos conocido, ¿qué haríamos sin saber nada más de Sean, Christian, Julie, etc...? Tiene un punto de buen culebrón que no sólo engancha, sino que nos hace seguir para saber cómo van sus vidas, y sobretodo, no nos perderemos el "cómo acabarán". Este otoño se estrena la sexta temporada y ahí estaremos, riéndonos con los amigos y reflexionando en soledad todo aquello que se atrevan a proponernos los valientes creadores de este producto, a pesar de todo, interesante y recomendable.