A estas alturas, no es necesario decir que "Brokeback Mountain" es aquella película en la que dos vaqueros se enamoran, porque casi todo el mundo lo sabe. Tampoco hace falta decir que se han oído muchas estupideces por parte de aquellos que aún no aceptan al prójimo sea cual sea no tan sólo su tendencia sexual, sino por su forma de ser. No es misión de esta web ni de nadie reeducarlos, así que no vamos a perder el tiempo como en la mayoría de blogs intentando educar al personal. No vamos a hacer foro de un tema que debería estar cerrado desde el mismo momento en el que apareció.
¿Tanto cuesta entender que dos personas del mismo sexo puedan tener sentimientos la una por la otra, o quieran darse un revolcón? En mi opinión, hay muy pocas personas que no lo entienden, y hay una gran mayoría que NO LO QUIERE ENTENDER. A quien le cueste, que vaya a discutir a aquellos foros que le dan la oportunidad de insultar a quien consideran inferior o prescindible por ser diferente a ellos y que se vaya de inmediato de ésta, porque seguro que no es su página. ¿De veras alguien cree que los heterosexuales somos más normales que los homosexuales? ¿¿¿De veras??? ¿Te has parado a pensar en lo estúpido y absurdo de la pregunta???
Una vez dicho esto, ya podemos hablar de una de las más grandes y conmovedoras Historias de Amor de la Historia del Cine. Sí, mucho más grande que la de la abominable "Pretty Woman", y mucho más profunda, sutil y detallada que cualquiera de las comedietas de Hollywood que algunos tienen identificados como una referencia en el amor. Así de mal van después las cosas en las relaciones entre las parejas.
El amor, en "Brokeback Mountain", es una aventura que dura toda la vida. Y aunque el protagonista sea víctima, precisamente, de todos aquellos que no deberían tener ni un 1 por ciento de poder en nuestro periplo vital, todos sabemos que en realidad, está amando. Ennis ama, pero a la vez piensa que no es normal lo que siente.
La película habla de quererse y aceptarse a uno mismo como punto de partida para luego poder querer a otras personas, no hace falta que sean muchas, sólo aquellas que tu intuición entienda como interesantes, sólo aquellas que tu corazón disfrute como esenciales. Sean del sexo que sean, de la condición social que sean, de la edad que sean (recordemos que la diferencia de edad tampoco está muy bien vista en esta sociedad, pero a la vez ¿quién coño tiene que darme a mí el visto bueno para amar a quien yo quiera?).
La clave es que nada de lo que venga del exterior debe importar en las historias de amor reales, como esta de la que hablamos, una historia de sentimientos y ternuras infinitas entre dos seres humano, en este caso, hombres. El miedo al qué dirán destruye, lentamente, a muchas parejas, aunque sean heterosexuales.
Una película que, como veis, no se puede explicar. Hay que verla, hay que sentirla, y disfrutar de su tristeza, de su intensidad, de su potencia, de su inteligencia, de su pausa (fundamental aunque algunos no pasarán de la primera hora de proyección), de su reflexión y de sus enseñanzas, la principal de las cuales es, a mi parecer, que nunca dejes perderte lo mejor de tu propia vida por opiniones o convenciones que ni tan siquiera tienen una razón de ser, pues puedes lamentalo muchísimo.
Yo lo resumiría así (y que no sigan leyendo los que no la hayan visto):
La montaña de Brokeback, donde se encuentran Dennis y Jack.
Lo tuvo todo y lo perdió todo.
Os dejo con su banda sonora, del gran Gustavo Santaolalla, que al igual que la película, te llega, te conmueve, te retuerce... que trasciende. Sobretodo tras haber visto una película que trasciende. Muy buenas críticas, muchos premios, muy buen director, Ang Lee, uno de los dirctores más interesantes de la escena internacional, una historia dramática, triste, y de la que sales un poco tocado, pero disfrutándolo...