![Cover of "Traffic [HD DVD]"](https://ecx.images-amazon.com/images/I/51XHEJXKXVL._SL300_.jpg)
Cover of Traffic [HD DVD]
A pesar de lo que haya afirmado la crítica y el público, con el paso del tiempo, "Traffic" ha demostrado ser la mejor película de Steven Soderberg, al nivel de la excelsa "Sexo, mentiras y cintas de vídeo" (ex-aequo).
Es también su película más ambiciosa, en cuanto a espectacularidad, diversos formatos, idiomas y ángulos desde el que quiere tratar el tema a estudio: el complejo mundo de las drogas, nunca tan fácil de leer como quiere hacerse en algunos programas de televisión, debates y campañas contra ella, siempre alojadas en el tópico.
Pero si algo me gustó de ella, y me sorprendió (confieso que durante años me dió pereza acercarme a ella), es a la potente reflexión, en diversas direcciones, a la que nos expone.
Un fictício responsable de la política anti-droga, Michael Douglas, conforma una de las miradas, la más recta y obligada, sobre uno de los supuestos males de nuestra sociedad. A medida que su tarea se va desarrollando, su propia hija, de 16 años, instalada en el vacío vital que muchos jóvenes experimentan, y al que la vida te condena (luego todos nos escapamos de él como podemos), va enganchándose a la cocaína, lo cual provoca, por supuesto, una reacción típica en su padre y también en su madre, aunque quizás sea más conveniente pararse a analizarlo, pensarlo y reflexionarlo, chocando así el mundo entendido como "real" por todo el mundo, con el que es "real" de verdad, y que es aquel que cada uno de nosotros llevamos dentro, a veces como una carga, teniendo que engancharnos siempre a algo, aunque sea a la cultura, al amor o al lujo. Unas cosas están bien vistas y otras no: este es el caso de caer en la droga en su formato "cocaína", u otras adicciones tóxicas, que no son toleradas por nuestra sociedad como lo es aquel ser que está enganchado al trabajo, a la mentira, o a la manipulación, por poner algunos ejemplos.
Por otro lado, un policía anti-droga mexicano, interpretado por el siempre sublime Benício del Toro, que trata de solucionar toda la corrupción que tiene en su entorno. Con él y su alrededor empezaremos la película, y cuando ésta se desarrolle en tierras mejicanas, la proyección tendrá otro tono de color en la pantalla y por supuesto, y este es otro acierto del director, oiremos a los protagonistas hablar en su propia lengua. En este punto, vale la pena hacer la observación de que no tiene sentido traducir esta película. Si normalmente ya estamos a favor de la versión original subtitulada, en este caso no se entiende ni tan siquiera el por qué de su doblaje, pues le quita sentido a lo que estamos viendo en pantalla.
Por último, el personaje de Catherine Zeta-Jones, quizás la menos inspirada a nivel de interpretación, aunque la calidad del propio filme haga que ni tan siquiera se note, puesto que su situación aporta más miradas y puntos de vista útiles sobre el tema que nos ocupa. Al tratar una temática tan complicada y de una susceptibilidad e importancia relevantes, haciendo que requiera de un tratamiento muy especial, como es el mundo de las drogas y el narcotráfico en sí, esta película tan inspirada lo logra trabajando y cuidando minuciosamente cada pequeño engranaje y cada mínimo detalle, consiguiendo excelentes resultados.
Para aquellos que les pueda dar pereza, decir que la película no se queda tan sólo en el mundo de las drogas, sino que trata de las relaciones entre seres humanos, la família, el amor, el matrimonio, todo aquello que nos une y nos separa entre padres e hijos, y un montón de temas más cuyo nexo es el ya citado de las adicciones, pero siempre con un escenario emocional unido, y una acertada y completa reflexión sobre todo lo anteriormente planteado.
Profunda, acertada, con un guión brillante, he leído por algún sitio que el final decepciona: a mí no me ha sucedido, ni tampoco a mis compañeros de sesión, quizás porque uno no ve las películas para saber cómo acaban, sino lo que plantean. Puede que quien se fije tan solo en la trama y valore especialmente el tramo final, se sienta decepcionado, pero yo no tengo ninguna razón para ello.
Agregar que la banda sonora es impecable y que está a la venta para aquellos que la quieran disfrutar, que la mayoría de interpretaciones están a la altura de tan magna obra, que la fotografía a tres tonos sorprende para bien y sobretodo, que la profundidad, la reflexión y el análisis que se nos sugiere en pantalla me merece la más alta calificación y una notable admiración por el producto que, adquiriendo su dvd, se amplía con unos extras nada desdeñables acerca del rodaje y con entrevistas a los perpetradores de semejante espectáculo visual, mental y de una insultante realidad, conseguida gracias al trabajo elaborado que no dudo en aplaudir.
