ESPECIAL SITGES 2022 en CEC
Culturaencadena.com, medio de comunicación invitado al Festival Internacional de Cine Fantástico
Los que conozcan la serie de Netflix “After Life”, protagonizada por Ricky Gervais, seguramente consideren que el personaje de Brian Gittins es de lo mejorcito de la serie. El inadaptado/perdedor/obsesionado-con-el-sexo al que da vida David Earl es uno de los puntales de la serie. Y uno piensa estar ante un calco de su personaje en la película “Brian and Charles”, que se ha proyectado en el festival de Sitges 2022. Es empezar la película y ver al mismo actor haciendo un papel tan parecido que uno se queda con los ojos como platos.
Pero aquí su personaje tiene algunos matices respecto a la serie: no es ningún obseso sexual, y lo de inadaptado... pues ahí lo lleva. Un hombre solitario, con sus inventos surrealistas. De uno de ellos nacerá Charles, Charles Petrescu. Con una lavadora, una cabeza de maniquí y dos o tres cositas más da lugar a un robot bastante peculiar...
Aquí tenemos a un creador y su creación. Pero no pensemos en el Frankenstein de Mary Shelley. El robot de la película que dirige Jim Archer aprende con un diccionario, pero poco a poco va mostrando una sensibilidad y unos deseos que hacen que su relación con Brian sea casi la de un padre con su hijo. Charles quiere vivir y Brian quiere proteger. Esta sería, para quien estas líneas escribe, la verdadera magia de la película. Como con unos personajes que parecen de Hacendado, consigues acabar enredado y entendiendo perfectamente a los dos personajes.
Todo lo que adorna esta relación, los conflictos con la familia chunga del lugar, la historia de amor infantil en adultos que pasan de los 40… todo eso está bien. Todo se celebra, aplaude, ríe y preocupa al espectador. Pero no me saco de la cabeza lo humanos que resultan los deseos e inquietudes de Charles, y lo que le cuesta ser un humano normal a Brian.
Una combinación perfecta, con un final perfecto. Recomendada.