Culturaencadena.com, medio de comunicación invitado al REC Festival Internacional
El tema de la muerte se ha tratado muchas veces en la gran pantalla. Y por extensión, también ramificaciones como puede ser “la vida tras la muerte”. Y es esta la trama principal sobre la que se sustenta “Afterlife” de Willem Bosch. Un tramo inicial de corte casi cómico, es la parte más entretenida para un espectador, al que le divierte como es eso de que hay después de la muerte. Nunca se ha visto de manera tan original, en especial la “presentación/aceptación” a ese nuevo estado.
Pero donde uno piensa que va a disfrutar de una agradable comedia, la película da un giro donde se plantean las segundas oportunidades. Y es donde la película se pone seria, apoyándose en una muy solvente interpretación de Sanaa Giwa, que da vida a Sam. Una adolescente que decide “jugar” impulsada por un motivo que no tiene nada que ver con el de alcanzar sueños…
Este giro antes comentado, sustentado por una gestión muy inteligente del guión y de los tiempos dedicados a cada acción, abandona las risas y sonrisas anteriores para adentrarse en las luces y sombras de las personas. Y que vivir no es igual para todos, que esto no va de segundas oportunidades…
Ya he dicho que el guión es muy inteligente, por eso voy a dejar de escribir esta crítica. Simplemente diciéndoles que hay que aplaudir el valor de un guión, con dos tramos tan diferentes, pero tan equilibrados, para alcanzar un final casi perfecto.