Cine "palomitero" necesario.
No todo van a ser giros de guión, memorables diálogos emocionales ni héroes de DC y Marvel... ¿no?
Crítica de la película ARMY OF THE DEAD (Netflix): CEC CINE
No sabemos en qué momento Netflix le ofreció a Zack Snyder la posibilidad de realizar “El ejército de los muertos”. Pero que seguramente será un éxito rotundo de visionados en la plataforma, está clarísimo. Y es que el cine de Zack Snyder se ha ganado con los años una legión de fans incorruptible. A pesar de no ser (visualmente) el prodigio que eran “300” y “Sucker Punch”, su estilo y que haya zombies de por medio, lo hacen un producto muy apetecible.
Pero hay que tener unas cosas claras para disfrutar plenamente de “El ejército de los muertos”. Olvídense de épica argumental, de personajes con grandes conflictos emocionales. El hombre que consiguió dotar a Superman de una humanidad nunca antes vista, el mismo que consiguió recuperar “La Liga de la Justicia”... en esta ocasión no le ha dado a Netflix ni personajes ni historia.
Le ha dado zombies, tiros y música. Y, seamos justos, en cantidades abundantes. Por eso hay que tener claro que durante las más de dos horas de metraje, no podemos esperar emotividad, lágrimas, ni diálogos de esos que te hielan la sangre. Aquí no aparecerá un Leonidas, como el de “300” despidiéndose de su reina. Aquí, a Dave Bautista (Scott) no se le pide esa intensidad. Aquí lo que se le pide es que dispare y suelte galletas a diestro y siniestro.
Y si entras en ese juego, si aceptas que eso es lo que se te ofrece desde el minuto uno, disfrutarás de “El ejército de los muertos”. De su acción, de sus chistes... y de cómo una vez llegan a Las Vegas para cometer el robo, van por faena.
Eso sí: Snyder, de una forma muy inteligente, nos ofrece un inicio brutal. Luego va preparando el terreno: nos deja conocer a los personajes para seguir con un festival de violencia al que le resta intensidad la relación paterno filial del protagonista y su hija.
A pesar de eso, y teniendo claro que la épica emocional aquí no tiene cabida, se tira el resto en la épica visual. Y consigue que disfrutemos con un cine palomitero que también es necesario. No todo van a ser giros de guión, diálogos memorables ni héroes de DC y Marvel, ¿no?