Con Jean Dujardin (Óscar por “The Artist”)
Quentin Dupieux vuelve con “Le Daim”. El director que un día revolucionó el festival de Sitges con “Rubber (que va de un neumático asesino) nos propone ahora otra de sus historias surrealistas pero no por ello exentas de brillantez. Y aquí lo hace contando con una estrella del cine como es Jean Dujardin. El actor francés, ganador de un Óscar por “The Artist” ofrece seguramente su papel más “extraño” en toda su filmografía.
El argumento de la última locura de “Le Daim” es sencillo. Un señor, que ya tendrá más de 40 años, compra una chaqueta de piel de ciervo. Y se hospeda en una pensión de mala muerte, en un pueblo sin determinar. Tardaremos poco en asistir a su primer diálogo con la chaqueta... Y las ansías de Dujardin de ver cumplidos los sueños de su chaqueta, que en parte coinciden con los suyos, darán inicio a situaciones tan surrealistas que, si no te ríes, es que no eres de este mundo... Situaciones que ya asomaban en la primera escena de la película, pero que hasta ese momento no sabes cómo encajar...
Lo mejor de todo es que con un argumento tan surrealista, como los personajes principales que aparecen en “Le Daim”, aparte de Georges esa camarera/montadora de cine amateur, asistimos a críticas brillante al mundo del cine. Ese momento en el que de una escena que no tiene ni pies ni cabeza, la camarera/montadora de cine amateur, saca una teoría como muy cultureta, es brutal. Y lo es porque para Georges no deja de ser una puñetera grabación con una cámara digital, sin más, sin dobles lecturas.
Y es que a veces, el cine debería ser así, algo sencillo, sin ínfulas. Algo que te permitiera asistir al final de “Le Daim” y no sospechar que te han tomado el pelo. Porque no te han ofrecido algo para pensar/sacar mil interpretaciones. Y justo esto es lo que hace Dupieux, te ofrece una película de metraje corto, con un final sin complicaciones, pero brillante. Un final totalmente surrealista, que según que productores te podrían decir “¿en serio? ¿en serio quieres que metamos nuestro dinero en esto?”. Pero es Dupieux, el del neumático, se lo puede permitir, porque encima nadie puede pensar que le han estafado cuando salga del cine.