Un original de Shudder (Slasher, Creepshow TV)
“The Cleansing Hour”: exorcismos vía streaming. Perdón falsos exorcismos. Perdón que resulta que el ocupa todo el metraje si lo es… Bueno, que son via streaming. Y aquí radica el primer encanto de la película de Daniel Leveck. El uso de las redes sociales y páginas web para sacar negocio en la realización de asuntos oscuros como son los exorcismos. Aunque la gracia es que aquí todo es una mentira. Dos amigos de la infancia deciden realizar falsos exorcismos via streaming y forrarse con ello. Venta de merchandising oficial incluida, para un negocio que es redondo para ellos.
Lo original del argumento no radica en lo de falsos exorcismos, radica en lo de Internet. Aunque el hecho de que la cosa se les vaya de las manos sería en teoría el punto fuerte de la película. Y no lo es, porque eso es íntegramente en ir descubriendo lo miserables que son los protagonistas. Ese par de amigos, que se verán forzados a admitir cosas que preferirían guardar en el archivo secreto de su memoria...
De manera quizás demasiado irregular, se van mezclando los momentos cómicos, ciertas muertes, con la tensión de ver al falso padre Max confesando cosas y viendo que hasta eso es estéril. Todo esto ante la mirada del espectador y de los espectadores que Internet, van soltando comentarios en la web que emite esos exorcismos mientras asisten atónitos al “festival”.
La película funciona como un tiro, como una especie de cuenta atrás, que realmente es lo que sufren los protagonistas, viendo ese cronómetro colgado en la pared que indica lo que queda de programa. Los efectos especiales cumplen perfectamente, en su misión de ver los resultados de tener un ser demoníaco controlando la situación y manejando a su antojo a los protagonistas. Las muertes no abusan del gore, llegan lo justo para que los aplausos en la sala sean señal evidente de que el público las disfruta.
Lástima de desenlace, no por previsible, sino porque parte del mismo sobra, ese niño andando hacía cierta sala… Pero servidor sale feliz de la sala, de haber disfrutado durante unos 90 minutos de un menú original, que da lo que se espera, sin más complicaciones.