¡Violencia y gore en blanco y negro!
ESPECIAL CULTURAENCADENA.COM MEDIO DE COMUNICACIÓN INVITADO AL FESTIVAL DE SITGES 2019
Cuando hace unos años Robert Eggers presentó “La Bruja” en el festival de Sitges, fuimos testigos de que quizás estábamos ante un nuevo tipo de terror. Lo de los sustos, sangre, gritos y demás quedaban oscurecidos ante un retrato brutal del fanatismo religioso. Esa escena del padre “obligando” a rezar, porque rezar lo iba a arreglar todo, es puro terror/delicia cinematográfica a la vez.
Así que unos años después el regreso de Eggers se esperaba como agua de mayo. Y ese regreso es “The Lighthouse” para la que cuenta con dos monstruos de la interpretación. Un Robert Pattinson que, al igual que Daniel Radcliffe, ha sobrevivido a las sagas juveniles que los vieron nacer cinematográficamente hablando. Y un Willem Dafoe del que uno piensa que ya no tiene nada nuevo que ofrecer. Y que equivocado estaba… Luego volveremos a eso.
Si para una película, muchas veces sus actores/actrices son su principal reclamo/motor, aquí visualmente estamos ante un blanco y negro que hechiza. Ante un sonido que cobra vida propia. Eggers literalmente pinta un lienzo y no da puntada sin hilo. No creo que haya un sólo plano en esta película que no esté estudiado hasta la saciedad. No creo que el puñetero graznido de un pájaro no esté más que estudiado. Y que cuando se trata de ponerse burros, como cuando Pattinson mata a un pájaro, se pone a lo grande. Y uno piensa en que la violencia/gore no queda mal en blanco y negro. Me van a perdonar por la comparación, pero... ¿recuerdan la segunda parte de “El ciempiés humano?” Pues eso, blanco y negro…
Hay tiempo para las escenas escatológicas, pero escenas elegantes y artísticas. Es decir, en cualquier otra película, cierta masturbación, habría producido las risas del público de la sala, en este caso el silencio es brutal. Porque no es sólo una masturbación al uso, es un reflejo de la locura y Eggers durante todo el metraje va subiendo dicha locura. Lo hace sin pausa pero sin prisa, no busca una traca final, busca que todo llegue a buen puerto. Y lo hace incluso con imágenes oníricas, y un final que puede dar para varias teorías.
Antes les hablaba de lo que equivocado que estaba con Dafoe. No me malinterpreten, no es que lo vea como un actor limitado en registros, aunque esos fueran excelentes. Es que aquí, literalmente se la saca. Aquí ofrece un monólogo que hace aplaudir a toda una sala, aquí sus duelos interpretativos con Pattinson son de una intensidad brutal. ¿Pattinson? Pues que vaya preparando alguna estantería de su casa. Porque me va a costar creer que no consiga ningún galardón por su interpretación. Por pasar de joven entusiasta a joven enloquecido que ha ido bajando a los infiernos siendo consciente de ello. Y que conste que no lo pongo a nivel interpretativo superior al de Dafoe. De hecho creo que podrían aprovechar un 2x1 en estanterías.
