¿Qué te ha pasado Hideo Nakata? ¿Dónde demonios está el genio de “The Ring”, “Dark Water”? ¿Qué demonios te pasa por la cabeza para dirigir “Sadako”? Porque si en pleno 2019, lo que más van a disfrutar los que vean “Sadako” es ese momento nostálgico en relación a “The Ring”, es que mal vamos.
Que lo más terrorífico de “Sadako” sea esa secuencia inicial, dice poco del producto. Que lo más innovador sea que en la categoría victimas podamos incluir un youtuber, peor aún. Y que a media película, el público ya estuviera pensando en otra cosa, definitivo.
Hay fórmulas que se agotan y “Sadako” es el ejemplo más claro. Es como la última de Rambo, ni era necesario, ni se la esperaba. Aquí pasa lo mismo. La época de “The Ring”, “Dark Water” y todo eso ya pasó. No hace falta intentar exprimir más una fórmula, y menos con tan poca intensidad: tantos sustos que no son sustos y tanta sensación de ver pasar los minutos sin que nada llame la atención al espectador.
“Sadako”, no es que las comparaciones sean odiosas: es que lo odioso es haber intentado recuperar un universo que ya tuvo su esplendor.