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“Project Silence” se puede considerar una buena manera de empezar el festival de Sitges 2023 para quien estas líneas escribe.
Estamos ante una película con un argumento nada complicado. Aquí olvídense de ollas mentales tipo “Memento” o “Inception” del maestro Nolan. Aquí la idea es sencilla: diversos personajes que se dirigen en coche a su destino, tendrán que lidiar en pleno puente con unos perros modificados...
Pero no modificados para hacer el bien, sino para liarla. Fines militares, dicen... Pues esos fines militares se las harán pasar canutas a nuestros protagonistas. Todo esto en pleno puente, con niebla y entre un montón de coches accidentados. Lo de los coches viene por el accidente múltiple que sufren en plena carretera. Escena, por cierto, rodada de forma magistral. Y que podríamos poner a la altura de la que vimos en “Destino final 2”...
A partir de ese momento, todo será una lucha para sobrevivir ante unos perros que, cuidado, al final no dejan de ser víctimas del tipo gobierno/ejército de turno. Que el líder de la manada bien tranquilo que estaba hasta que decidieron traumarlo... y allí le entraron todos los males.
Antes os hablaba de lo mal que lo pasan los personajes en dicha lucha por sobrevivir. Y aquí se ha seguido el típico esquema de que los vayamos conociendo a todos antes de que se líe la que se lía. Y eso está bien, porque aunque de manera muy superficial, acabas conociendo los problemas e inquietudes de los mismos. Desde “no quiero dedicarme a esto” a los problemas asociados a la demencia. Luego el plato fuerte, la relación padre-hija que lógicamente saldrá reforzada tras el festival de ataques, trampas, acelerones y ejercicios de supervivencias varios.
Si bien la escena del accidente es magistral, hay que poner algún pero… Y es que quizás por presupuesto, quizás por querer crear más angustia visual, los ataques de los perros no son todo lo espectaculares que visualmente la película merecía. Quizás han pensado que demasiada sangre podría afectar la taquilla y es una manera de ampliar el rango de edad del público que la vaya a disfrutar. Pero uno piensa, que le falta un poco más de “chicha” y le sobra un poco de humor/drama. Que hay algún momento en el que piensas “un momento cómico no, por favor, ahora no, dejaos de decir lo mucho que os quereis…” Pero lo dicho, quizás se ha pensado demasiado en el posible rango de público.
Escrito todo esto, ¿me ha gustado “Project Silence”?. Sí, me ha gustado mucho y no me arrepiento en absoluto de haberla elegido para mi debut en Sitges 2023.
