La semana pasada, CeC estuvo en el preestreno para prensa de la película Margaret, protagonizada por Anna Paquin (True Blood), con la participación de Matt Damon, Mark Ruffalo, J. Smith-Cameron, Matthew Broderick y Jean Reno.
La película trata la reacción de Lisa (Anna Paquin) tras presenciar un accidente provocado por ella misma y el conductor de un autobús (Mark Ruffalo), en el que una mujer muere atropellada.
Con una madre/actriz (J. Smith-Cameron) más pendiente de su próximo estreno teatral que de sus propios hijos, un padre que vive en la otra punta del país y al que no se le da bien en absoluto hacer de padre, pese a sus intentos, Lisa se ve muy perdida ante el shock que supone no poder contar con nadie en un momento tan duifícil para una chica de 16 años.
Perdida, tontea con las drogas y con el sexo, llegándose a acostar con su profesor de matemáticas (Matt Damon), a la vez que empieza una especie de cruzada personal contra la compañía de autobuses y contra el conductor del autobús, de la mano de la mejor amiga de víctima, en un intento de calmar su sentimiento de culpabilidad por lo ocurrido en el accidente...
Sin duda alguna, lo que más sorprende de Margaret es lo bien que está construida la historia. Pese a que cuando abandonas la sala del cine, tienes la sensación de que aún quedan cosas por explicar, no te sabe a poco. Es una de esas películas que se podrían haber contado de mil maneras distintas y seguro que todas hubieran sido notables. Parece como si hubieses estado oyendo gritos durante unas dos horas y media, pero queda muy bien explicado por el enfoque que le da el director, ya que lo vives todo desde el punto de vista de una adolescente sensible y perdida, que, como buena adolescente sensible y perdida, se lo toma todo muy a pecho y reacciona de manera exagerada ante todo, en lo que parece ser la búsqueda de su propia identidad.
Y esa es la genialidad de la interpretación de Anna Paquin. Consigue que te angusties con ella, que sufras con ella, que te den ganas de darle un tortazo cuando se pone histérica y que la comprendas por haberse puesto así. Ella lleva todo el peso de la historia y lo asume con una solvencia apabullante. Ese es el secreto de Paquin: te mete en la trama casi sin darte cuenta y luego te arrastra con su personaje hasta lo más profundo de su ser.
No hay duda: esta chica va a ser una de las grandes actrices en los próximos años.
En conclusión os diré que, si tenéis una tarde o una noche libre, acercaos a un cine donde proyecten esta película, Margaret, coged un buen cubo de palomitas, un buen refresco, y preparaos para disfrutar de una de las interpretaciones del año.
No os arrepentiréis, os lo aseguro.