Desde el cupón de lotería que vamos a comprar en nuestro estanco más cercano, hasta el espíritu competitivo que tenemos tanto como espectadores como protagonistas de los más variados juego, este es un elemento trascendente de nuestra existencia.
Y como tal, el cine se ha ocupado de él con insistencia, pues lo ha retratado a lo largo de todos los tiempos, y desde todos los géneros, con un éxito más que reseñable, tal y como hemos reseñado en muchas ocasiones en Culturaencadena.com.
Destino, apuestas, riesgo, casinos, póker, timadores... Todos estos elementos se pueden encontrar en miles de películas.
Desde las ficciones más clásicas como 'El golpe' o 'El buscavidas', pasando por grandes clásicos modernos como 'The Maverick' donde el póker se hacía protagonista, o el 'Casino' de Martin Scorsese, donde las apuestas y las máquinas tragaperras eran las protagonistas, llegamos a otro tipo de juegos más modernos como el de 'The Game' del gran David Fincher, que supuso un punto de inflexión en la relación entre el juego y el cine. Hablamos de esas películas que han introducido otro tipo de juegos, más acordes con los tiempos que corren, en la gran pantalla.
En los últimos tiempos, el séptimo arte ha tenido que adaptarse a las nuevas tecnologías y las emisiones en directo por televisión, con relatos tan relevantes como los de 'Los Juegos del hambre', que ha arrasado en taquilla, o el aún muy reciente y emocionante thriller adolescente 'NERVE, UN JUEGO SIN REGLAS'.
En 'Nerve', una tímida estudiante de último año de instituto a la que daba vida la siempre interesante Emma Roberts, salía de su monótona vida al apuntarse de forma a Nerve, una adrenalítica competición transmitida online en directo por internet. En ella, unos jóvenes con ganas de aventura se retaban en un conjunto mientras unos seguidores anónimos les incitaba a más acción. Ella e Ian (Dave Franco) se convertirían rapidamente en los preferidos de los fans. A lo largo de la película, la tensión y el riesgo crece, y de la apuesta de ganar o perder pasábamos a la de vivir o morir.
Nuestra forma de jugar ha sufrido múltiples mutaciones a lo largo de los tiempos, y hoy en día la modalidad del online es la que se impone: no solo podemos echar una partida en directo con alguien que vive en la otra punta del mundo, sino que también podemos empezar a imaginar todas las posibilidades que vamos a poder tener en un futuro no tan lejano como algunos piensan. Y el séptimo arte, sin lugar a dudas, estaría ahí para filmarlo y certificar que el juego sigue siendo uno de los componentes más importantes de nuestra sociedad y del desarrollo y la evolución del ser humano, con quien siempre irá de la mano.