Da igual si eres un supuesto padre ejemplar. Hoy que estás lejos de la "civilización", toca violar. Lo normal en nuestra sociedad enferma. Un día cualquiera en los Sanfermines.
Lo bueno viene cuando la víctima tiene "más cojones" que los tres cerdos implicados, haciendo "Justicia"...
Si al poco cine de terror que tenemos le damos una salida tan pobre (un sólo cine en toda España), es normal que el género continúe siendo un exquisito bocado que aguarda a los más ávidos de experiencias fuertes y amantes de la serie B, que pasan sus días buscando entre el material online algún producto que le despierte del amargo letargo que produce el cine comercial de terror.
'Revenge' cuenta con una incalculable cantidad de violencia explícita, una extraña razón para que llegue a nuestras pantallas y goce del favor del "gran público". Pero si podemos quitarnos ese prejuicio como si fuera la capa de una cebolla, encontraríamos un film de corte tan feminista como su extrema manera de llevarlo a cabo.
Tres putos garrulos que, empalmados por ver una mujer durante una noche de borrachera, son capaces de tirar por la borda toda su “ética” y saltarse cualquier tipo de regla básica moral.
Es decir, da igual si eres un padre ejemplar: hoy que estás lejos de la civilización, toca violar y asesinar. Lo normal en nuestra sociedad de mierda, vamos. Un día cualquiera en los Sanfermines.
El problema viene cuando la víctima tiene más cojones que los tres cerdos implicados, algo que apuesto a que pasa siempre en estos casos, con la única diferencia que nuestra Ingrid Lutz ve la oportunidad de vengarse de la manera más sucia posible, haciendo las delicias de todos los que deseamos las misma suerte a los violadores reales.
'Revenge' se convierte en el juego del gato y el ratón más desquiciado para terminar en un cara a cara bañado de sangre que, sinceramente, pocas veces he visto tan sumamente bien rodado. La escena de los pasillos es apoteósica.
El cine francés vuelve a estar de enhorabuena. Y, por si alguien lo dudaba, siguen siendo los mejores a la hora de producir terror.
Vive la France!